Mitos.
. Virginidad.
. Virginidad.
El Elegido, por Dios, "viene de
Él" y por ello es "inmutable". El No Elegido, por Dios, "es
de Él" y por ello, "es mutable".
Animación.
Nace corvado.
Se le toma por los tobillos y se le
golpea en las nalgas. Su columna se alinea y, a nivel dorsal sus costillas se
desplazan hacia los pies y hacia delante haciendo que su diafragma también lo
haga y ambos despliegan el pulmón procurando ser la sima hacia la que se
precipita el aire, alma, o ánima del mundo de los hombres al que llega.
Y en la lucha del alma por poseer el
cuerpo y el cuerpo por no ser poseído por el alma, de ahí viene el llanto,
expresión de reconocer su llegada a este Valle de Lágrimas.
Bautismo.
Al año de edad, el niño se pone de pié y se desplaza sin braceo, como lo hace el humano adulto; el niño se desplaza anadeando.
Al año de edad, el niño se pone de pié y se desplaza sin braceo, como lo hace el humano adulto; el niño se desplaza anadeando.
Este hecho se debe a que la columna
vertebral aún no tiene la curva inversa dorsal y lumbar. Esta conformación de
la columna vertebral la adquiere el niño en torno a los cinco años de edad.
Edad en la que su desplazamiento bípedo se hace con braceo; marcha que
caracteriza al humano adulto.
Esta marcha con braceo hace posible
tener la máxima capacidad pulmonar y el más eficiente trabajo cardiovascular.
Hechos derivados por la máxima excursión
costal y diafragmática.
Excursión que genera el máximo descenso
de la presión dentro del tórax y, con ello, la puesta en marcha del principal
motor, o gradiente de presión, entre el pulmón y la atmósfera y, entre el
corazón derecho e izquierdo.
El no conseguir la mayor eficiencia
dorso/lumbar acarreará el compromiso vital del Individuo humano y, no ganar la
postura que hace singular al Hombre. Batizar al niño como Hombre, dar la
bienvenida al niño como Hombre, ganar la postura que lo caracteriza, es una
medida de salud fundamental.
Confirmación.
Hacia los 16 años, se produce un rápido
crecimiento de la Columna Vertebral Dorsal que no se acompaña de los músculos
propios, haciendo que la misma se combe hacia delante, acompañada del
acercamiento de hombros, corrección del cuello, flexión anterior de la cabeza y
desplazamiento anterior del mentón, entre otros hechos que reducen su
adaptación al Medio. Y,con ello, su postura no se reconoce como Hombre; pierde
el braceo que con el bautismo había ganado y sus manos, cercanas entre sí, no
le hacen hábil. No puede levantar su mano para defenderse, ni sus manos para defender
a los suyos.
Necesita confirmarse como Hombre; la
postura hace al Hombre como Individuo y, el Hombre como Individuo, hace posible
el trabajo, su adaptación al Medio.
Hacer que el Medio sea útil al Individuo
Humano. Y, que el Individuo Humano sea útil al Medio. Resultando que esta
interacción del Individuo y el Medio, sea percibida como esencia del Individuo
Humano como Persona.
A partir de la postura erecta, la
apertura de sus hombros y el levantar la cabeza, el Hombre mira a los ojos al
Hombre reconociéndose en él.
Así, con sus manos toma sus manos,
aproxima su boca a la suya, alentándose a vivir juntos, haciendo común su alma,
ánima, o aire. Gira su cabeza para escuchar el aliento del Otro, colocando su
oreja junto a su boca.
Complacido, vuelve su cabeza para
alentar en el oído del Otro, como expresión de agradecimiento.
Ambos se sienten y, apartando con sus
manos asidas el estremecido cuerpo, vuelven sus cabezas y, mirándose a los ojos,
se reconocen necesitados. Y, se hacen propios al aproximar sus cuerpos; sus
manos estrechan al otro contra sí.
Este abrazo, produce un estremecimiento
que obliga a separar sus cabezas juntas y mirarse a los ojos. Y, ante el temor,
responden con aceptación de animarse mútuamente.
Ánimo que reconocerán con el sonido, la
imagen y el olor.
Independiente de ambos, pero común a
ellos, surge la palabra, resultado de la interacción de sus ánimas.
Es al otro al que toma como padrino, o instructor, que le instruye en su conocimiento del Medio y cómo relacionarse con él. Como los demás lo hicieron con él.
Cumplido el tiempo de instrucción, se ofrece a los suyos, sacrifica su condición individual en favor de aquella que reconoce como suya, o Familia y a la que solicita pertenecer.
Familia que le convoca para hacer
pública su aceptación como miembro.
Ese día, su padrino le coloca la cruz
sobre su hombro derecho, símbolo del sacrificio de su condición individual a
favor de la de su Familia. Y así, le ayuda a subir la pendiente que les llevará
hasta el lugar donde la Familia que anhela les espera.
Ante su Pueblo, con el padrino a su
diestra, levanta la Cruz por encima de su cabeza. Con este gesto de ofrecimiento
no resignado, hace retroceder sus hombros y, doblegando definitivamente su
columna, se confirma como Hombre. Hombre que dará la vida por su Familia,
adquiriendo su condición de Persona.
Su pueblo le asigna el lugar que dentro
de sí ocupará, más allá de su propia vida como Individuo, en la memoria de los
suyos que, con este gesto, se comprometen a de recordar, trascendiendo
generaciones en el Espacio y en el Tiempo creado por los Hombres. Creación del
Hombre como nexo entre los Hombres.
Y, en este lugar asignado por los suyos,
y no elegido por él, sino como ofrenda de confianza de su Pueblo en él, deposita
su Cruz, al que los suyos ponen su nuevo nombre, al pasar de su condición como Individuo
a la de Persona. Ello, para que, de este modo, todo caminante sepa que allí hay
un Hombre más dispuesto del a dar la
vida por los suyos junto a los que ya la han dado.
Con el paso de generaciones, estas se
alimentarán del fruto sembrado como confianza, con la gustosa cruz que le
enseñó a llevar su Maestro, Generación de la que nació.
Y, a la manera que el descenso de la
piedra en el estanque alimenta las ondas en la superficie, el Conocimiento del
Hombre desciende en el Medio, provocando que las generaciones se extiendan
sobre él, con el destino último de volver a formar parte de él. Y, así, el
Hombre disipa su paso por este Universo que oscila como el péndulo imparable
del reloj que nos guía por el camino de la Eternidad.
Canibalismo, Injuria, o Persona. Memoria
factual y episódica, la Cultura. Genética biológica y genética cultural.
El deseo de ser como el Otro, de haber sido elegido por Dios y no haberlo sido él, lo lleva a hacerle propio, dotándose de lo que el Otro fue dotado y no él, a la vez que lo mata, pues anhela el haber sido el elegido, el único; no puede compartir.
Se sabe incapaz de defender su nueva
condición al no haber sido dotado de ella por el Sumo Hacedor, se sabe inferior
al Otro, al haberse dotado él y no haberlo sido por El Señor.
Se sabe que su nueva condición es y no
que le viene.
Se sabe que, por su origen, es vulgar y
no noble, que es masa sin nombre; es nombrado, no tiene nombre.
El ser conocedor de ser mal nombrado,
mal señalado, maldito por el Señor, le lleva a la necesidad de ser elegido como
útil al Mismo, resignándose a ser de Él y no venir de Él.
El Hombre, hecho Hombre entre los
hombres, se hace nombrar por Dios como hijo; elegido entre los hombres.
Viene del Hombre y se nombra por Dios
entre los hombres.
Adopta una nueva condición, un nuevo
papel en lo Creado, el de Persona.
Se antepone la careta del Otro, del
Elegido. Habla en su nombre. Miente para hacerle daño, le injuria.
Así nace la tragedia humana representada
por el Elegido, el que viene de Dios, el que tiene Nombre.
El No Elegido, el que no viene de Dios,
el que No tiene Nombre, el Nombrado.
El Bien, el Noble, el Con Razón, aquél;
el Mal, el Común, el Sin Razón, éste
Desanimación, o Muerte.
Muerto el Individuo, no la Persona, se le envuelve en una sábana blanca y se le deposita en un lugar, o sepulcro, en espera de que el alma, ánima, o aire abandone el cuerpo.
Al tercer día se acude para saber si hay
signos de trasudación en la sábana, expresión de que el alma abandonó el
cuerpo.
Y, si hay olor en el ambiente,
manifestación de que el alma aún está presente, en pena, o espera de que el
cuerpo descanse en paz entre los suyos.
Sabido esto, el cuerpo se le entrega a
su familia, siempre representada por la tres Marías, o madres. Aquella que le
dio la vida, o madre, aquella que le prolongó la vida, o esposa, y, aquella que
te acompañó en vida, o hermana.
Mientras las madres, o Familia acogen el
cuerpo, los hombres acoran, manifestando que el cuerpo ya descansa en paz entre
los suyos.
Ser Supremo, o Dios. Mal y Bien,
Ley, o Norma. Tiempo, causalidad, o linealidad.
El que viene de Él, el Inmutable, el
Lineal, es el Tiempo, la Causa, lo Conocido, el Conocimiento, la Verdad, lo
Real, El Bien, la Ley, la Norma, el Ser Supremo, o Dios.
El Nombrado por Él, el Mutable, el No
lineal, es el Intemporal, la Consecuencia, el No Conocido, o Ignoto, lo
Ignorado, lo Irreal, el Mal.
. Conocimiento, o Saber. Navidad, o Invierno, mito del eterno retorno.
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