La Semana Santa de 1980 la pasé enbel Monasterio de las hermanas Carmelitas Descalzas de Ayoz. Me recogí para dar final al estudio de la epistemología del Derecho Visigodo, Romano y Germano. Entre el material llevado estaba el Discurso del Doctor Víctor Díaz-Ordóñez Escandón, catedrático de Derecho Canónico y miembro del Grupo de la Universidad de Oviedo. Discurso de inauguración del curso 1876-1877.
Este discurso lo tenía en mi poder en dos copias. Una mecanografiada por Benjamin por disposición del abuelo y dedicada a mi por mi cumpleaños de 1957. Hecha a partir de una manuscrita por el mismo abuelo que me regaló en un portafolios verde y que no sé donde podrá estar. La copia mecanografiada "para cuando estudies Derecho" y, sobre todo, para cuando te doctores..."en lo que desees, pero que te doctores"
En aquella Semana Santa solo hablé con las hermanas de clausura entre las cuales estaba la hermana de mi tía Araceli, esposa de mi tío Alfredo, hermano de mi madre.
En una sola ocasión salí del enclaustramiento para visitar Estella.
Aquella ha sido una Semana Santa no olvidable. Laura se estaba Gestando -sí, con mayúscula- En Noviembre habíamos iniciado du gestación.
Por este motivo, y en reconocimiento a la inteligencia y buen ser y hacer, como madre y como esposa, construí la obra que titulé "Biografía de una mujer consciente. La epistemología del Derecho se incorporó a la misma en aquellos días de aprendizaje en el andar paseando con Don Miguel en tan nivolesco paisaje. El trabajo sobre Linguística le precedió y siguiole el de Religión y Astrofísica.
A la vez trabajaba en la auditoría e ingormatización de la actividad bancaria, o del "mercado de lo robado"; en particular sobre la "usura" que me llevaría al estudio de la "señal de mando de entrada" del servoregulador y, de él al "umbral de cierre" que llevaría al diagnóstico de hidrocefalia, o asfixia y la "concentración de cierre" de un fármaco y de un metabolito. Y, con ello, definir las bases teóricas de toda "acción reguladora", o "tratamiento", en Medicina y en Jurisprudencia. Luego la utilicé para definir el "precio de lo robado" y, con ello, evitar la "usura" que en fisiopatología se denomina "asfixia", congestión, o edema intersticial.