Alfonso II, Nepociano, Ramiro y Ordoño.
A la muerte de Alfonso II, el Consejo de la Nobleza de Asturias elige a Nepociano, Conde de Palacio, Rey sucesor de Alfonso II. Ramiro, hermano del Rey muerto, se nombra Rey a sí mismo. Lucha contra Nepociano y lo vence, procediendo a encarcelarlo y sacarle los ojos.
Posteriormente, el Consejo de la Nobleza de Asturias, elige Rey a Aldroito, nuevo Conde de Palacio, como sucesor de Nepociano, siendo asesinado por Ramiro. Luego, el Consejo de la Nobleza de Asturias, elige Rey a Piniolo, Conde de Palacio, que es asesinado por Ramiro. Tras este asesinato, Ramiro nombra Rey a su hijo Ordoño.
Con este nombramiento se inicia la sucesión de rey por vía de sangre, haciendo desaparecer el nombramiento de Rey por elección del Consejo de la Nobleza de Asturias.
Ramiro ordena escribir la Historia refiriendo a que es Nepociano el que le roba el título de rey. Y, se escribe refiriéndose a Nepociano como "el impostor".
Así es como Ramiro I , el Impostor, inicia la sucesión monárquica que actualmente se sigue en España.
Nepociano era Conde de Palacio con Alfonso II y cuñado de éste, al estar casado con su hermana Jimena.
Alfonso II, sin descendencia, envió a su hermano al Gobierno de las tierras de Galicia. Así era a la muerte del Rey Alfonso II.
Durante su gobierno de Galicia reunió gran cantidad de tropas que utilizó para derrocar al Rey de Asturias Nepociano, tomándole rehén en la batalla de Cornellana, donde procedió con actitud villana contra el Rey al que estaba debido servir.
Tras tal vil actitud, nunca se atrevió a tomar el Palacio de Oviedo. Palacio del Conde Nepociano donde Alfonso II residió. Y, ya elegido Rey, siguió residiendo Nepociano.
El Consejo de la Nobleza de Asturias, nunca lo reconoció a Ramiro como Rey, sino como usurpador.
Para purgar sus pecados, Ramiro construyó San Miguel. Nunca pudo utilizar Palacio Real, por lo que la construcción que tenía tal fin la encomendó a Santa María.
Las construcciones fueron abovedadas sin soporte, al igual que su reinado no tuvo soporte alguno por parte de la Nobleza de Asturias que, ni a él ni a su descendencia perdonó su actitud villana, no Noble.
El Noble viene de, es elegido entre los Suyos. El Villano, no viene de, es nombrado por los suyos.
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