Marina, mi madre: cómo ser persona.
Mañana, cuatro de junio, a un cuarto de ser las ocho de la tarde, mi madre me nacía ayudada por la partera de Posada de Llanera, y la ausencia de i padre que rondaba por la fiesta del Corpus en Lugo.
Siempre me recordó, con palabras medidas: Augusto, hijo, tú no naciste, te nací yo, mientras tamía que fuera mal parto y con ello salieses mal. No me lo hubiera perdonado, no podría vivir.
Mi abuela esperaba sola y en silencio, como siempre, penando en su familia.
Ella fué la que primero vió llegar a mi padre y, por ello, decirle que había sido un niño.
En aquella casa de Alvarin, la de La Corona, revoloteaba mi hermana, inquieta por la situación que se estaba dando. En silencio, mi hermana Madeleine, a punto de cumplir séis años, esperaba ver a su hermano.
Cuando mi hermana hizo nacer a Marta Elena, me decía que le daba vergüenza llorar, ya que cuando nací yo, mamá, no lloró, ni se le oyó.
Siempre me dijo, Augusto llora. Cuando lo hagas no pidas perdón, llora por la vergüenza de ver al inútil, al envidioso, que tengas delante. Augusto, el envidioso es el inútil, el que no tiene la habilidad de vivir con dignidad. Procura que nadie te nombre y que no tengas que obrar a nadie. Si tienes que ser nombrado o nombrar a alguien, no te merecerá haber vivido ni seguir viviendo.
Cuando le presenté a Francisca, le dije: te presento a Francisca. Estamos casados. Ella respondió: es un clavel rojo. Voy a decírselo a tú tía Aurora por teléfono y, a tú padre, se lo diré cuando venga.
Mi abuela había muerto hacía tiempo. Mi tía Aurora, era su hermana mayor y, por ello, a la que se debía, como en su momento mi abuela me dijo. La familia, se escribe con mayúsculas, Familia Alvarin.
Del 23 de Diciembre de 1975 al 26 de Enero de 1976, se produjo el tiempo más amargo de mi vida. Escribiré sobre este período en el cual me tragué lo más amargo de mi vida.
Feliz día, feliz vida querido Amigo.
ResponderEliminarAunque no te vea, te tengo presente todos los días de mi vida. Procuro seguir tus escritos porque me fascinan, este relato me llego al corazón y a mis lacrimales.
Un beso enorme y achuchones. Graciela