Te respondo, Beatriz.

Te respondo Beatriz. El comentario tiene un espacio limitado de respuesta y, entiendo, no me resulta suficiente.

Construí una casa para estar con los amigos. No construí una vivienda; una casa en la que vivir con mi familia.

La casa no tiene muros, sino cristales. El Medio en el que se encuentra se continúa en la casa. Sus esquinas son ángulos rectos que permiten conijarse a los malos espiritus que acompañan a los amigos y, haciendo torsiones son expulsados con la violencia del olvido indiferente.

Al lado construyo la casa que no tiene cristales sino muros. El Medio en el que se encuentra no se continúa en la casa. Sus cuatro esquinas forman un toroide que permiten tener una vida propia a la familia y, haciendo torsiones son impulsados a su interior con el amor de la presencia conocible, hasta confluir en el punto critico de la vida que reconoce al hijo de Dios en forma de Pirámide equiangular que en camino sin horizonte se confunde con el Azur, al tiempo que del Amarillo del que surge la Palabra trompetas Verdes anuncian la llegada a la Tierra Prometida por Dios, donde la Familia nos recibe con los brazos en alto a la palabra de Salve, Salve, Grande es el Señor, Dios del Universo. Bienvenidos seáis a la Casa del Señor.

Por este motivo anoté a  Gaudi para mi vivienda donde espera la silla y lo mismo hice con Sert para mi casa donde no espera silla alguna. La silla para la vida, el vacīo para la muerte.

Hay hospitales donde habita la muerte y, los hay donde vive la vida. Donde habita la Muerte se nombra Hospital. Donde vive la Vida se le refiere Sanatorio.

Como hombre ofrezco la silla donde continuar la Vida. Como médico ofrezco el sepulcro. o lugar de espera en pena de recibir la Muerte.

No hablo de intenciones, no refiero propósitos ni fines. Hablo de interacciones o, como Manzano dice, interaiciones. Como Manzano, no trabajo la piedra fría, sino la madera cálida que me habla y con la que parlamento desde sus raíces antes de hacerme al Azul el Amarillo que me hizo crecer con los brazos abiertos y las palmas hablando.

Si, sigo soñando con un Sanatorio, como lughon que soy. Como phurio, se que no será posible ver a nosotros, Astures y Vascones,  cuando se nos deposite en un hospital en pena de ser incinerados.

No se de pena, o espera, sino de acción, o vida. No se hacer mas que levantarme y continuar el camino. De tomar el relevo y de pasar el relevo con mas calor que con el que me lo entregaron.

Nunca he tomado saber que no hiciera fecundar para entregar.