Boda de Urraca I de León y Castilla con Alfonso I de Aragón y Navarra.
Alfonso I, llamado el Batallador, fue rey de Aragón tras la muerte de su hermano, el rey Pedro I, sin descendencia, el año 1104.
Sancho, Infante de Csstilla, hijo de Alfonso VI, muere el año 1108.
Urraca, hija de Alfonso VI, enviuda de Raimundo, conde de Borgoña, del que tiene un hijo pasando a ser la primera en la línea de sucesión
Alfonso VI se alía con Pedro I de Aragón casando a su hija Urraca con él, soltero.
El matrimonio se consagra cuando Urraca tiene 28 años y Pedro I, 37 años.
La boda se realiza el año 1109 en el castillo de Muñó. En este año los esposos firman los documentos de arras y donación que en condiciones normales hubiesen dado estabilidad a ambos reinos.
El casamiento se realiza en el castillo de Muñó a orillas del rio Arlanzón y construído sobre asentamiento de la edad del Hierro primero y romano después. Guarda raíces del pueblo astur (arlanzón).
Nota para mi amigo Adrián y su esposa Aida.- San Adrián es el patrón cristiano de Muñó.
Continúo con la boda que motiva esta nota, y me aparto de hechos y alianzas de las que ya anoté y que son las raíces de la misma.
CARTA DE ARRAS QUE ALFONSO I CONCEDE A SU ESPOSA URRACA.
Alfonso I de Aragón y de Navarra concede carta de arras a su esposa la reina Urraca I de León y Castilla, dotándola con las doninicaturas y honores de Estella, Ejea, Huesca, Montearagón, Bespén, Barbastro, Naval y Jaca y dándole a elegir entre las villas de Sos y Uncastillo.
Y además de esto convengo contigo que si Dios omnipotente me diese un hijo de tí, y yo muriese y tu me sobrevives, que tú y mi hijo tengáis todas mis tierras que hoy tengo y en lo futuro conquiste con la ayuda de Dios, tanto yermo como poblado.
Que si no tuviese hijo de tí y me sibrevives, que sea para tí toda mi tierra, y que hoy tengo, y que la tengas ingenua y libre, como propia heredad, para hacer allí toda tu voluntad después de mis días.
Y todo esto sobredicho con tal condición te la doy: que me tengas honorablemente, como buena mujer debe hacer a su buen señor. Y si quieres partir de mi, sin mi voluntad, que todos los hombres de tu tierra y de la mia se aparten de ti; y que todos me atiendan con todos los honores que tuviesen, y que me sirvan con fidelidad y verdad, sin engaño.
Se siguen los juramentos de la reina de cumplir todas las condiciones estipuladas.
CARTA DE DONACIÓN QUE OTORGA URRACA A ALFONSO.
Le entrega toda la tierra que fue del rey Alfonso (VI) (su padre), tanto en yermo como en poblado, lo que tenía o en lo sucesivo pudiera tener. Y acuerda que:
Si Dios omnipotente me diese un hijo de ti, y tu me sobrevivieses, que tengáis toda mi tierra tu y el hijo que de mí tuviéseis..
Que si no tuviese hijo de ti (y me sobrevivieses), de la misma forma sea para ti toda mi tierra, y que la tengas ingenua y libre, como propia heredad, para hacer allí toda tu voluntad durante tu vida; y después de tus dias que quede para mi hijo.
CARTA DE DONACIÓN QUE OTORGA URRACA A ALFONSO.
Le entrega toda la tierra que fue del rey Alfonso (VI) (su padre), tanto en yermo como en poblado, lo que tenía o en lo sucesivo pudiera tener. Y acuerda que:
Si Dios omnipotente me diese un hijo de ti, y tu me sobrevivieses, que tengáis toda mi tierra tu y el hijo que de mí tuviéseis..
Que si no tuviese hijo de ti (y me sobrevivieses), de la misma forma sea para ti toda mi tierra, y que la tengas ingenua y libre, como propia heredad, para hacer allí toda tu voluntad durante tu vida; y después de tus dias que quede para mi hijo.
Me tengas honorablemente, como buen marido debe hacer a su buen mujer. Y que no me dejes por parentesco, ni por excomunión, ni por causa alguna. Y si no me tienes honorablemente como buen hombre debe tener a su mujer y no convives conmigo, que los hombres de mi tierra y de la vuestra se vuelvan a mi y no a ti mientras me indeseéis. Que si me dejas, que todos los de vuestra tierra vuelvan a mi y no a ti mientras me indeséeis. Que si me dejas, y que me sirvan con fidelidad y verdad, sin engaño.
Se incluye luego el caso contrario, si la reina fuese la incumplidora, con penas semejantes a las anteriores.
Pero el matrimonio fue un absoluto fracaso, pero un fracaso anuncuado. La antipatía entre ellos, desde el principio, era mutua. Urraca, que hubiera querido casarse con el conde Gómez González, tacha a Alfonso de sanguinario y tirano. Fallaron totalmente las relaciones natrimoniales. Urraca, una mujer casquivana, con unas relaciones más que estrechas con los condes Gómez González y Pedro González de Lara, e inconstante en todas sus empresas, se enfrenta a un Alfonso poco inclinado al sexo femenino, posiblemente homosexual, autoritario, brusco y con una falta total de habilidad política.
Pero si esto no hubiera sido bastante, se encuentran en el centro de un huracán de envidias, odios, resentimientos y sobre todo de intereses.
Interés de la alta nobleza y clero por mantener sus privilegios que veian peligrar por el apoyo de Alfonso a la baja nobleza y a la burguesía ciudadana.
En la Carta de donación, Urraca deshereda a Alfonso, hijo de su primer matrimonio. Aparecen nuevos enemigos, la nobleza y el clero gallego que se ponen al lado del Infante.
A la burguesía le concede fueros y privilegios con garantías y libertades que iban en detrimento del pago de impuestos que eran la base del poder de la aristocracia feudal. Por esta misma causa, el clero francés, traído y protegido por Raimundo de Borgoña primer marido de Urraca y ssentado en el Camino de Santiago, ve disminuir sus ingresos y su poder.
Por tanto Alfonso se encuentra enfrentado al alto clero, al clero francés, a la alta nobleza y a los nobles gallegos. Por el contrario, tuvo el apoyo de la baja nobleza y de las ciudades.
No obstante estas fuertes oposiones creo que Alfonso y Urraca hubiesen triunfado si hubiesen constituído un verdadero matrimonio. Algo similar le ocurrió a Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, también una unión de aragonés y castellana, pero aquí sdemás de un matrimonio bien avenido fueron el ejemplo de la habilidsd política y la unión de los reinos se llevó a cabo.
La reunión en 1114 del episcopado castellano-leonés acuerda que los cón yuges eran eran consanguíneos (como si no lo hubiesen antes de casarse). Y por lo tanto deben separarse o serán excomulgados. Alfonso repudia a Urraca y da finba este desastre. Y a partir de este momento se consagra a los asuntos de Aragón.
Esta unión de principios del siglo XI pudo haber adelantado acontecimientos que se desarrollaron a finales del siglo XV.
Boda de Urraca Alfonsi Petri (o, Díaz-Ordóñez).
Se incluye luego el caso contrario, si la reina fuese la incumplidora, con penas semejantes a las anteriores.
Pero el matrimonio fue un absoluto fracaso, pero un fracaso anuncuado. La antipatía entre ellos, desde el principio, era mutua. Urraca, que hubiera querido casarse con el conde Gómez González, tacha a Alfonso de sanguinario y tirano. Fallaron totalmente las relaciones natrimoniales. Urraca, una mujer casquivana, con unas relaciones más que estrechas con los condes Gómez González y Pedro González de Lara, e inconstante en todas sus empresas, se enfrenta a un Alfonso poco inclinado al sexo femenino, posiblemente homosexual, autoritario, brusco y con una falta total de habilidad política.
Pero si esto no hubiera sido bastante, se encuentran en el centro de un huracán de envidias, odios, resentimientos y sobre todo de intereses.
Interés de la alta nobleza y clero por mantener sus privilegios que veian peligrar por el apoyo de Alfonso a la baja nobleza y a la burguesía ciudadana.
En la Carta de donación, Urraca deshereda a Alfonso, hijo de su primer matrimonio. Aparecen nuevos enemigos, la nobleza y el clero gallego que se ponen al lado del Infante.
A la burguesía le concede fueros y privilegios con garantías y libertades que iban en detrimento del pago de impuestos que eran la base del poder de la aristocracia feudal. Por esta misma causa, el clero francés, traído y protegido por Raimundo de Borgoña primer marido de Urraca y ssentado en el Camino de Santiago, ve disminuir sus ingresos y su poder.
Por tanto Alfonso se encuentra enfrentado al alto clero, al clero francés, a la alta nobleza y a los nobles gallegos. Por el contrario, tuvo el apoyo de la baja nobleza y de las ciudades.
No obstante estas fuertes oposiones creo que Alfonso y Urraca hubiesen triunfado si hubiesen constituído un verdadero matrimonio. Algo similar le ocurrió a Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, también una unión de aragonés y castellana, pero aquí sdemás de un matrimonio bien avenido fueron el ejemplo de la habilidsd política y la unión de los reinos se llevó a cabo.
La reunión en 1114 del episcopado castellano-leonés acuerda que los cón yuges eran eran consanguíneos (como si no lo hubiesen antes de casarse). Y por lo tanto deben separarse o serán excomulgados. Alfonso repudia a Urraca y da finba este desastre. Y a partir de este momento se consagra a los asuntos de Aragón.
Esta unión de principios del siglo XI pudo haber adelantado acontecimientos que se desarrollaron a finales del siglo XV.
Boda de Urraca Alfonsi Petri (o, Díaz-Ordóñez).
En otra ocasión anotaré, junto con los testamentos que avisto, como vengo haciendo en el otoño de este árbol familia.
Boda de Augusto y Amalia, Boda de Augusto y Marina y Boda de Augusto y Francisca.
Mi abuelo Augusto casó soltero con mi abuela Amalia viuda, dos años mayor que él. Tras la boda ambos hicieron testamento tomando como referencia el de la reina Urraca y el rey Alfonso. Testamento que conocían sus familias y que no todos los miembros aprobaban.
Tras el asesinato de Amalia, Augusto reclamó aquello que por testamento ambos firmaron ante los padres de Amalia el mismo dia de la boda y que luego registraron, no solo en Asturias sino en Madrid; hecho, este último, que solo conocían ellos.
El testamento hecho en Asturias "desapareció" durante la guerra civil de 1936.
Tras la contienda bélica inició Augusto, pleito con la familia de Amalia. Muriendo él en 1962 en Madrid por motivos no sabidos, aunque por él a mi predichos, nueve meses antes de despedirse para ir a Madrid.
Mi padre renunció a continuar con el proceso judicial en curso, aunque se lo había prometido ante mi, para que lo hicieran sus descendientes - este, lo tendrá que seguir después de ti e, incluso, sus hijos, si el "Régimen desleal a la Monarquía siguiese-, para seguridad física de la familia y para restaurar la memoria de ella.
Mi padre renunció a continuar con el proceso judicial en curso, aunque se lo había prometido ante mi, para que lo hicieran sus descendientes - este, lo tendrá que seguir después de ti e, incluso, sus hijos, si el "Régimen desleal a la Monarquía siguiese-, para seguridad física de la familia y para restaurar la memoria de ella.
Hice este acuerdo testamentario, idéntico al de mi padre y abuelo, un mes antes de nacer Alejandra, mi primera hija, ante notario en Oviedo y Madrid, teniendo por testigos a dos amigos personales míos.
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