En la Edad Media, las familias habitaban en las tierras que cultivaban y criaban sus animales. Este hecho hacía que las distancias entre ellas hacía que sus relaciones eran escasas y propiciaron que los ladrones de cultivos y animales y la toma de mujeres por la fuerza, medrasen. A tal hecho respondieron los asaltados mediante la agrupación de sus casas y propiedades para hacer una mejor defensa frente a los salteadores. De igual modo, hizo posible el reunirse para tomar medidas contra los nobles del Rey que les robaban, de igual modo y manera. Así es cómo surgen las aldeas y Villas, siempre invocando al Divino, por lo que construían centros de reunión, hermitas e iglesias donde en su interior rogaban a Dios directamente, o a través de la intercesión de un hombre santo ya muerto. Fuera del lugar de reunión, o iglesia oraban entre sí.
Los lugares de reunión, o hermitas cristianas, se construían en torno al texu que servía para tal menester antes de la llegada de los que se decían discípulos del dios que se hizo hombre y entregara su vida por la de los hombres a los que el mismo padre no les hubo de conceder la gracia de ser hijos.
Los lugares de reunión en la antepuerta de las hermitas, fueron tomados por los nobles transformándoles ayuntamientos, o lugares donde ajuntarse. Si los primeros eran para dar a conocer al sacerdote sus necesidades tras su muerte, los segundos lo eran para dar a conocer al rey sus necesidades durante su vida. Si los sacerdotes dispusieron de los curas para redimirles de los pecados y llegar ante dios limpios, los mismo hicieron los nobles al disponer de alguaciles para tal fin y estar dispuestos, o dóciles para llegar limpios ante el rey.
Las agrupaciones, o poblados fueron creciendo y, conforme lo hicieron, también crecieron las necesidades de curas y sacerdotes, así como de alguaciles y nobles.
El mantener la paz -para evitar que robasen y poder recabar "impuestos reales". El rey, los nobles, e incluso los mismos robados, al igual que los sacerdotes y curas, encomendaban su "suerte" a un "señor de armas", como lo ha sido Don Rodrigo de Noreña, de Siero, de Nava, de Avilés, dee las Asturias. O, como lo ha sido dDon Gonzalo Bernaldo de Quirós.
Anoto a Don Rodrigo como ejemplo de cómo se construye un armazón para ganar una nobleza una nobleza, o castidad, que por sangre no tenía. Se hizo con los favores de los bastardos de los reyes e hizo lo posible para que estos, "sus protegidos" llegasen al nivel de castidad, nobleza, o realeza que por nacimiento no tenían, ante los demás, aunque sí lo tenían por sangre.
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<<... porque los omnes de la tierra de Siero se nos embiaron querellar muchas vezes que resçebían muchos males e muchos tuertos de caualleros e de escuderos e de otros omnes malfechores que lles tomauan lo suyo sin su plazer e nos pedían merçed que lles diéssemos un logar qual teuiessemos por bien en que poblassen e les otorgásemos los nuestros realengos e los nuestros derechos que auiemos en esta tierra sobredicha e que nos darían lo que teuiessemos por bien. Nos por lles fazer bien e merçed e por que la tierra sea mellar poblada e se mantenga más justiçia...>>".
Sin embargo, en este caso la efectiva ejecución de la decisión fundacional del Rey Sabio iba a demorarse, por diversas razones, cuarenta largos años. En 1310 el poderoso magnate asturiano Rodrigo Álvarez de Noreña, en quien había recaído el señorío sobre la tierra de Siero, autorizaba finalmente a sus pobladores para que construyesen la villa. Las razones que alegan éstos y que atiende el señor de la tierra son de una elocuencia que releva de todo comentario:
<<Agora los omnes de la dicha tierra de Siero -dice Don Rodrigo-, dixéronme que por quanto ellos non poblaran pobla, según que los la el rey diera, que se menguaua mucho la justiçia e ellos que reçebían muchos males...>>.
Las gentes de estas tierras, como las del resto de Asturias, encontrábanse a la suerte de malhechores de la misma, de otras, así como al abuso de aquellas que, en nombre del Rey, acudían con la usura, y otros abusos, como a despreciar las mujeres del lugar, sentía se incapaces para defender sus vidas y menguadas posesiones, por lo que veíanse obligados a contratar los servicios de las armas de los señores del lugar y venos de éste, con los cuales acordaban su defensa. Estos señores comendados, o comendadores llegoles a comendar el mismo rey con propósitos contrapuestos de los ya pecheros del mismo. Comendadores del rey y de las gentes del lugar, como el conde de Noreña, Rodrigo Álvarez de las Asturias encargado que fue comandado por el rey en la constitución de la Pola en Siero para defender sus intereses en nombre de los dl lugar que le había rogado permitirles reubicarse para así poderse defender conjuntamente de los malhechores. Con esta súplica de los súbditos y concesión real se conseguía la defensa de los salteadores de cosechas, ganados, casas y mujeres, trayendo consigo, iguales abusos por parte de los nobles, o funcionarios del propio rey.
Recuerdo que pensaba en esto cuando construyeron la aldea de La Fresneda, lugar abundante en familias de raposos que transitaban entre el bosque de nuestra casa en Silvota al de La Fresneda y que de niño seguía su rastro y contemplaba sin ser visto por tan alegres familias. Cuando recordaba estos hechos, ya entendía que los nobles, o funcionarios, discapacitados genéticamente para adaptarse al Medio, actuaban como los raposos al cuidado de las gallinas.
Bueno, recordemos que el comendador Don Rodrigo, Conde de Noreña, hízose con la custodia, ahijándo, también, al bastardo de Alfonso XI de Castilla (tenido con Doña Laonor De Guzmán y Ponce de León, con la que tuvo otros nueve hijos), Don Enrique, al que cedió el condado de Trastamara, futuro cabeza del linaje Trastámara.También hizo lo propio con Gonzalo, futuro cabeza del linaje Bernaldo de Quirós, también bastardo. De igual modo prohijó a Don Alfonso Enríquez, hijo bastardo de Enrique II, clave en la alianza de Don Enrique con Francia, en el enfrentamiento de este con su hermanastro y rey legítimo de Castilla.
Al infante Enrique cediole el condado de Noreña, que añadió al condado de Trastámara que ya tenía por su padre.
A Don Gonzalo cediole los señoríos de Villoria y Valdecarzana e hizo que el Infante Enrique le concediese las tierras de Lena bajo el título de Conde de An Antolín de Sotiello, raticándoselas tras su muerte cuando ya era rey; San Antolín por ser patrono de cazadores y que ya era Señor de Villoria y Valdecarzana, cotos de caza de Don Rodrigo.
Con ello, Gonzalo se hace llamar según su linaje, Bernaldo de Quirós, y hace de comendero del infante Enrique para las tierras de Aller, Lena y Quirós -del sureste al suroeste de Asturias-, con las tierras de Lena a Oviedo y, de la propia ciudad de Oviedo. De igual modo hízose con las tierras de la desembocadura del río Nalón y de de la comunicación de éste con la ciudad de Oviedo con las tierras de Olloniego y Riosa.
Don Gonzalo se hace comendero de las tierras de Quirós y, con ello, hace prologar su poder extendido desde el Sur de Asturias, con las del suroccidente y el occidente de Asturias con el paso o Puente de Cornellana.
Don Gonzalo ya tenía en sus manos las tierras del centro/Occidente de Asturias, por linaje.
Don Gonzalo ocupa la ciudad de Oviedo y una primera talanquera de la misma, así como una talanquera extrema controlando los accesos a Oviedo desde el sur con el camino de León a Oviedo. Los accesos por el puerto de Tarna desde el Sureste, con el camino de León a Oviedo por el río Nalón. Los accesos desde el Este, con el camino de Cantabria a Oviedo. Y, controlando el paso desde el Cantábrico a Oviedo por el río Nalón, desde Gozón a Olloniego. Los accesos por el puerto Ventana desde el SurOeste, con el camino de León a Oviedo.
Don Rodrigo, hácese también proahijando a Don Alfonso Enríquez, hijo bastardo del Infante Don Enrique, concediéndole el Condado de Gijón y, posteriormente, los de Villaviciosa, Ribadesella, Nava, Noreña, Laviana, Cudillero, Luarca, Pravia y otros, con la intención de limitar el por creciente de su otro ahijado Don Gonzalo, al que continuamente hace que se le recuerde su condición de bastardo, hasta incluso después de la muerte de éste que entendía le estaba arrebatando el poder sobre todo el territorio de Asturias y sobre el reino de Castilla.
Don Rodrigo se hace nombrar Comendado de la villa de Avilés.
Don Rodrigo de queda con el resto de la defensa del Norte mediante las tierras de su linaje desde Aguilar del este al Aguilar del oeste.
A la vez, Don Rodrigo, concede el condado de Gijón a Don Alfonso Enríquez guardándose el noreste del norte de Asturias. Y, el noroeste lo consigue haciéndose nombrar comendero de la villa de Avilés.
Con el nuevo Conde de Gijón, Enrique gana la conveniencia portuguesa al casarse con Doña Isabel de Portugal. Y, también gana la conveniencia francesa, al aliarse Don Alfonso Enríquez con.
Hay que tener en consideración que Don Rodrigo era tiene como padre a Don Álvar Díaz de Noreña, y Asturias y de Doña Teresa Pérez Girón, a su vez hija de Don Pedro Rodríguez Girón y de Doña Sancha Pérez de Lumiares. Sus abuelos paternos son Ordoño Álvarez de Las Asturias y Doña Elvira García de Bragançoes. Esta, a su vez, es hija de Don García Pérez De Bragançoes y de Doña Gontiña Suárez de Tougues. Y, sus bisabuelos son Don Álvar Díaz De las Asturias y Doña Sancha Ibáñez, Señores de Siero y Nava.
ISSN: 1698-4374 núm. 3 (2006), pp. 51-67
Juan Ignacio Ruíz de la Peña Solar
Universidad de Oviedo
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