La familia no sólo lo es el conjunto de individuos relacionados por sus genes biológicos.
La familia no la constituyen el conjunto de individuos, sino el conjunto de relaciones existentes entre ellos. La familia biológica no la constituyen los individuos sino sus genes.
La relación a través del genoma no se establece ni está determinada en sentido temporal, del padre al hijo. Esta relación genómico tiene la propiedad de de ser de "interacción, o acvión recíproca. No solo el padre determina al hijo, sino que el hijo determina el genoma del padre. Y, también, a nivel "transversal", el genoma determina al del primo y, el de este al del tío.
Biológicamente, los genoma se del conjunto de individuos que cohabitan se "determinan", "condicionan", o se "relacionan" entre sí. No solo los que cohabitan, sino que han cohabitado y cohabitarán. Aquellos que son cohetáneos, aquellos que lo han sido y serán.
Jordi Pujol, sus hijos, sus sobrinos, sus cohabitantes, antepasados, pasados y presentes, más cercanos o más lejanos en el tiempo y espacio. Todos constituyen un gen, familia, o NACIÓN. Nación es familia.
El genoma de Pujol, es mi genoma; la familia de Pujol, es mi familia. La nación de Pujol es mi nación. Y, si aquella la refieren como Cataluña, y a esta Asturias, ambas son la misma nación. De igual manera, el genoma del tamaño, la nación de Tasmania es la familia de Asturias.
Al igual que Mundo es el Universo sabido, la nación es la Familia, o Universo Familiar.
La razón científica es esta. La no razón es aquella que dice existir un "nada" entre individuos, entre partes, mundos, o mundos del Universo.
En la no razón, el Universo es el Mundo de un ser no humano.
En la razón, el Universo es el Mundo de un ser humano. Ser humano, familia humana, sociedad, o superhombre. Ser que tiene la propiedad que un humano denominó "proteiniforme". Ser que tiene la propiedad que un humano denominó "tiroidea", en la que cada una de sus partes es un"punto singular" en forma de "silla de montar". Silla de montar a la que los Lughones dieron en llamar "Mundin", donde se sitúa el "Prado de la Fuente", donde creció LuJoMar y que al bracear lo hacía volviendo su mirada hacia sus dos madres: Puhria, o Villabona y Lughonia, o Truébano.
El día primero del año 1918 atravesó Mundin de Puhria, la tierra Amarilla, a Lughonia, la tierra Azul, transformando su universo en un mundo azul que se proyectó, como toda luz, todo conocimiento, en todas las direcciones posibles.
Padre, tú que nunca has utilizado la suma ni la resta y si la multiplicación y la partición, dejo escrita tu memoria genética y epigenética, en esta tabla de cera que intemporal e inespacial transmitirás a todos los humanos que tengan el don de la palabra y el bien de la escritura que les hace no desmemoriados.
Familia o mafia
Ninguna de las actuaciones financieras de los Pujol tuvo respaldo legal
El País , 02-01-16 Archivado en:
- Opinión
- JordPujol
- Cataluña
- Corrupción política
- Corrupción
- Delitos
- Finanzas
- Política
- España
- Justicia
El auto de la Audiencia Nacional convocando a declarar como imputados al expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y su esposa Marta Ferrusola, como presuntos implicados en delitos de blanqueo de capitales, resulta escalofriante. La novedad absoluta sobre anteriores resoluciones del proceso es que el juez atribuye a la actuación financiera de los Pujol -Ferrusola todas las marcas de una organización criminal -como pretendía el fiscal, aunque sin calificarla aún de tal.
El juez detecta “pautas comunes de actuación”, “coordinación de actividades”, “asignación de roles”, “distribución o reparto de cantidades multimillonarias entre todos ellos” y un “particular sistema de rendición de cuentas existente para controlar esos repartos de fondos”. Indicios que configurarían a los Pujol como un clan mafioso.
En esa suerte de familia-organización, como la denomina el juez, el patriarca sería el nexo de todos sus componentes, y su hijo Jordi (júnior) el brazo ejecutor. Todo su edificio financiero se construye, indica el auto, sobre un engaño continuado. No ya el de haber ocultado a sus electores durante 34 años su fraude fiscal y su dinero en paraísos fiscales, como reconoció Pujol Soley en su confesión del 25 de julio de 2014. Si no el engaño adicional de que esa misma declaración fue un “mero relato sin contenido determinante” pues “no consta la realidad del legado” presuntamente dejado por su padre, el estraperlista Florenci Pujol. Todo apunta, pues, a que aquella confesión fue un gran teatro que pretendía esconder montañas de dinero de origen incierto, probablemente ilícito.
Quizá sea aún más grave el hecho de que del manejo de la fortuna multimillonaria amasada en secreto por la familia -y movida en paraísos fiscales-no se detecta ni una sola operación honorable. Ninguno de los mencionados negocios derivados del oscuro patrimonio inicial o de los emprendidos por su gestor fue ortodoxo: los pagos a presuntos proveedores fueron por “trabajos ficticios”; estos carecían de los informes y facturas pertinentes; los acuerdos con los presuntos sobornantes eran “verbales”, los fondos de que se apropiaron eran de “origen ilícito”, o “desconocido”, o directamente “criminal”, que “no se pueden justificar”, y en buena parte provenientes de empresas adjudicatarias de la Generalitat que presidía el propio patriarca.
De esa operativa, y de las cantidades ilegítimamente acumuladas, se infiere la eventualidad no ya de una actividad fraudulenta continua, sino de un saqueo sistemático, planeado al milímetro. Por eso, sea cual sea la decisión judicial definitiva, todos quienes creyeron a los corifeos del pujolismo cuando entonaban el repugnante lema de España nos roba harán bien en preguntarse quién era el sujeto del desmán.
Al asumir la Audiencia las averiguaciones de la jueza instructora, concretar la fecha de declaración y preverla en sede judicial, adquiere más relieve. Esta vez Pujol Soley deberá personarse en vez de declarar a domicilio, como en el caso Banca Catalana. Y le será más difícil enternecer, seducir o amparar a jueces, a lo que tan aficionado era su corrupto y condenado abogado, Juan Piqué Vidal.
Por supuesto que hasta que haya sentencia firme impera la presunción de inocencia, y que el derecho penal es garantista, y que entre el indicio y la prueba media un trecho y que incluso puede haber absoluciones por prescripción temporal.
Pero todo ello se refiere al ámbito penal, y ya se verá. De momento, los efectos políticos de los hechos descubiertos son ya, calificación jurídica aparte, políticamente demoledores. Con razón el Parlament de Catalunya despojó de sus títulos y deshonró al antiguo honorable. Qué asco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario