Mientras no somos capaces de ver desde Europa la existencia de vida más allá de nuestras costas doradas, los hombres astrónomos son capaces de percibir que las sombras que se proyectan sobre las paredes de la caverna Europa, son manifestación de la existencia de un planeta más. El Universo no se reduce mientras el Mundo crece.
Cuando ayer recibí este saber accedí al artículo original. Durante este tiempo, sentado en el Café de Mamerto, leí múltiples periódicos sin encontrar comentario alguno. Por contra, todos informaban acerca del micro mundo llamado político español y, del macromundo imaginario donde dicen que mueren arponeados por Neptuno, miles de hombres que se acercan a las costas europeas para dar relevo a nuestra ya degenerada población podrida.
Así se cazará al noveno planeta del Sistema Solar
El supuesto sustituto de Plutón sería observable desde la Tierra, según los astrónomos
¿Es posible que el Sistema Solar tenga un noveno planeta del tamaño de Neptuno y nadie se haya dado cuenta? Sí, y astrónomos de todo el mundo están dándole vueltas al problema. Un nuevo estudio asegura que hay un “Planeta Nueve” que tendría 10 veces la masa de la Tierra. Su órbita sería tan excéntrica que tardaría unos 15.000 años en dar una vuelta al Sol. En su momento de máximo acercamiento a nuestro planeta, este gigante estaría a 200 veces la distancia entre el Sol y la Tierra. La lejanía explicaría en parte por qué ningún telescopio ha observado nunca a este posible sustituto de Plutón en los libros de texto.
Por ahora solo hay evidencias matemáticas de su existencia. Los autores del nuevo estudio son Konstantin Batygin y Michael Brown, del Instituto Caltech de California. Este último se jacta de ser “el hombre que mató a Plutón”, pues descubrió otros planetas enanos que fueron el detonante para su rebaja a esa categoría en 2006. Brown explora el llamado cinturón de Kuiper, un inmenso mar de rocas, cometas y planetas enanos, muchos de ellos aún por descubrir. Para llegar hasta él habría que recorrer 4,5 billones de kilómetros y para entender qué es lo que defienden estos dos astrónomos hay que seguir unos tres billones de kilómetros más, hasta los límites exteriores del cinturón. En este entorno los astrónomos han estudiado las órbitas de seis cuerpos, los más lejanos que se conocen en esta zona.
En su estudio, publicado en Astronomical Journal, aseguran que los seis sufren el mismo tipo de alineamiento e inclinación en sus órbitas y que ese fenómeno puede explicarse por el empuje gravitatorio de un planeta como el que han descrito. Han hecho sus cálculos usando modelos matemáticos que simulan el Sistema Solar, lo que no es ninguna novedad en astronomía, pero afirman que son los más precisos hasta la fecha. Las posibilidades de que sea una casualidad son de una entre 15.000, señalan estos científicos.
Otra cuestión es si a esto se le puede llamar planeta, pues, según la definición oficial de la Unión Astronómica Internacional (UAI), no lo sería porque no ha limpiado su órbita de otros cuerpos, advierte Gorgas. “Si realmente existe, probablemente obligaría a redefinir lo que es un planeta”, explica.
Confirmar la existencia de este cuerpo requerirá que otros equipos hagan los mismos cálculos y lleguen a las mismas conclusiones, algo que puede llevar “años”, explica Lars Lindberg, portavoz de la UAI. La organización agrupa a miles de astrónomos y toma decisiones clave, como definir qué es un planeta y también ponerles nombre, aunque esta posibilidad les pilla por sorpresa. “Estamos ante un caso único, nunca nos ha pasado nada como esto desde que se creó la UAI en 1919 y no tenemos ni idea de cómo organizaríamos el proceso para nombrar un nuevo planeta en el Sistema Solar”, reconoce.
¿Podrá algún día observarse al número nueve? Pablo Santos, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Andalucía, cree que probablemente exista y dice que se observará “en la próxima década”. “No será tarea fácil, porque su órbita pasaría justo por delante del plano de la Vía Láctea, muy poblado de estrellas”, añade Santos, con lo que un punto mucho menos luminoso que un astro puede pasar desapercibido para los telescopios. Detectarlo sería más una cuestión de tiempo de observación y personal dedicado a ello que de tecnología, cree este astrónomo, que considera que cualquier telescopio de más de cuatro metros podría servir para cazarlo.
¿ES MATERIA OSCURA?
No es ni mucho menos la primera vez que se sugiere la existencia de un planeta X; de hecho, su búsqueda a principios de siglo permitió descubrir Plutón. Pero este explaneta no tenía la masa suficiente para causar las perturbaciones que se observan en los cuerpos del Cinturón de Kuiper y los astrónomos han seguido buscando sin descanso.
Los estudios sobre un hipotético planeta en las afueras del Sistema Solar son muy numerosos. Sin ir más lejos, en 2008, Patryck Lykawka de la Universidad de Kobe, en Japón, publicaba en la misma revista que Brown y Batygin evidencias similares a las actuales hablando de un planeta con una masa que sería la mitad que la Tierra y que también explicaría las perturbaciones observadas en varios cuerpos celestes. Todos estos trabajos tienen base estadística y en ocasiones pueden tener sesgos que podrían invalidar las conclusiones, advierte José Luis Ortiz, astrónomo del IAA. Ortiz no cree que sea el caso del nuevo estudio, pero sí dice que basarse solo en el comportamiento de seis objetos es una muestra “escasa”. Por su parte, Santos apunta que puede haber otras explicaciones para los efectos observados. “Podría tratarse de materia oscura”, resalta.
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