En mayo de 1968 visité a Joël Deplanque. Ella vivía con sus padres en Lyon. Nos citamos en Vienne. Allí no hablé con nadie, ni tampoco ella en mi compañía.
Allí estuvimos dos días. Luego nos enontrábamos en París V para asistir a un seminario sobre economía regional, Raymond Barre.
En aquellos días de Vienne conocí a San Mamerto por decisión de JODE, como cariñosamente le decía en mis cartas des de que la conocí en el verano de los catorce años de ambos. Por carta le había dicho que mi abuelo se llamaba como el santo que habitó cerca de su pueblo.
Salimos de Vienne con un fin. Se cumplió. Desde entonces que nos vimos en dos ocasiones más y muchas cartas y charlas de teléfono. Desoí su llamada; mi vida estaba determinada.
Por ella, por JODE, por las circunstancias sociales y personales, cambio mi diario "se me rompiolacolumna" por el de "elcafedemamerto".
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