John Galt y Augusto Pérez. Buena pareja, como Jesús y Cristo.

Esta noche me tomé un café con Augusto Pérez que vino a casa para hablar conmigo de todo lo que me dijeron ayer. Mezquindades, le dije. Humus, Augusto. Pobreza no sobrevenida sino nacida. Le dije. 

Pero eso antes se le dio en llamar envidia del hijo del ". Injuria, herramienta del débil mental, del acéfalo.

En voz alta, reflexionó y se hizo la pregunta que tantas veces se hizo:  «¿Quién es John Galt?». Aprecié en él la desesperación y la petición de ayuda que me hacía. Augusto, como Jesús, no merece la pena pedir al Padre que aparte de tí el cáliz rebosante de hastío,mde vulgaridad moral.has nacido para esforzarte en sostener los pegollos de la panera donde conservas el Conocimiento de Supervivencia de la Familia en la travesía de este frío invierno, carente de color alguno.

Augusto, ya recomendé la "Rebelión de Atlas", como tú me pediste. Me han dicho que era muy larga y que no tenía gracia. Les respondí que ayuda a llevar sobre las espaldas las preguntas. Y, si no hay preguntas, no hay necesidad de leerla.

Después de toda la noche inmersos en preguntas y respuestas, me sugirió, que no aparte de mi este cáliz, que es el que él sigue llevando, aunque nadie le reconoce, solo se tienen ojos y él ya solo es un punto sin línea, ya solo es concepto y, por ello, solo concepto, solo realidad cognoscente.

Lo haré Augusto, lo haré. Ya sabes que "a espada corta, un paso más". Y, en silencio. Surcando la mer, hasta las Espérides, donde tomar con mi mano izquierda la manzana dorada del Conocimiento, y tomar de ella la fuerza que la cadencia me permita la Insulina de mi pregunta. Y no escatimaré en poner cara al engaño del bacilo tuberculoso. No hay bacilo que me engañe y destruya el alveolo donde conservo y cultivo el hálito de vida con el que mi Madre me Animó ayudada por Ana que le acompañó, gustosa de premiarla con su Conocimiento. 

Augusto, que ha sido en Lugho y no hay mar, la Corona era, perdona, es, una aldea, no una isla.

Si, ya sé, pero con árboles dorados cargados de hermosas manzanas,mtambién doradas. Nunca dejaré que la Memoria se aleje de mi. Siempre cargaré sobre mis hombros tan hermosa y perfecta Esfera Euclídea.

Bueno, me voy a descansar. Por cierto, el Caso Clínico de ayer, me gustó. Sigue.

Espera, transcribe este texto de la Rebelión de Atlas. Coméntalo otro día desde la situación social actual; bueno, desde la situación actual. Y, si introduces el concepto de "Punto M" y "Beneficio Marginal"  te llevaría a ilustrar el concepto de "edema intersticial/Modic" y "Válvula". Procura hacerlo este sábado mientras Lucy y Lughna te miren atentamente. El domingo acude a casa de Miguel y Nuria, pués ya lo tienes con clavo en el fémur. Seguro que se aburre al no poder ir a reflexionar en la mer mientras se tropieza con sus "cosíquines".

Estoy oyendo decir a Gallardón que "gobernar es repartir dolor". No puedo con tanta profundidad de pensamiento. Buscaré cámara hiperbárica para encontrarme con el Capitán Nemo. No mas no, ahora habla, diz coses, Rajoy. Pero como dice a una Señora que es ella y no Usted la que miente. No, si ya no hay manos blancas, todas fieden y los jueces no son capaces de lavarlas, por lo que sus legajos se apilan esperando la solución de escanearlos, por eso de " ojos que no ven, corazón que se encoge". Bueno, una vez más, voy dejalo y abrazar a la REM. No es la Remi y, mucho menos, el Remi. Todo hay que aclararlo, ya que sino, otra versión de mi biografía. Augusto, duerme, nos vemos mañana.

Y, esta es la cita que me pidió Augusto.

"Habéis oído decir que esta es una época de crisis moral. Lo has dicho tú mismo, en parte con miedo, en parte esperando que esas palabras carecieran de sentido. Habéis clamado que los pecados del hombre están destruyendo el mundo y habéis maldecido la naturaleza humana por resistirse a practicar las virtudes que exigíais. Maldijisteis al hombre, maldijisteis la existencia, maldijisteis esta tierra, pero nunca osasteis cuestionar vuestro código. Vuestras víctimas asumieron la culpa y continuaron luchando, con vuestras injurias como recompensa de su martirio – mientras seguíais clamando que vuestro código era noble pero la naturaleza humana no era lo suficientemente buena para practicarlo. Y nadie se alzó para hacer la pregunta: ¿Buena? – ¿Según qué estándar, qué norma, qué criterio? Queríais saber la identidad de John Galt. Yo soy el hombre que ha hecho esa pregunta".

(John Galt)