Cuando llegué al Hospital Monte Naranco para iniciar la rehabilitación, pedí a la enfermera ver al Capellán católico. Cuando llegó, le dije:
Padre, soy Cristiano Católico Apostólico. Soy estudioso de San Pablo.
Lo hice porque tras haber pasado por distintos centros sanitarios, no sentí amor, no sentí en mi el ser atraído por las personas que allí estaban, salvo mis hijas, esposa, hermano Paco, mi padre y mis amigos Germán y Alfonso.
Todo lo contrario, sentí des-amor e incluso, agresión.
Le dije ser estudioso de San Pablo y, esbozando una sonrisa le dije: soy de Llanera, no soy de Corintio. Pensé que entendería que la situación no me era agradable.
Hoy, os traigo, la carta de San Pablo a los Corintios.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios
1 Co 12, 31-13, 8a
Hermanos:
Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor.
Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.
Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.
Palabra de Dios.
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