Las familias-soldado del Imperio de Roma padecieron antes de conseguir traspasar la talanquera de Lughonia. Se hicieron viejos.
Su Emperador lo entendió y quiso compensar a las familias-soldado construyéndoles una ciudad-asistencial en un lugar de la Hispania a la que se dio en nombrar de modo descriptivo EMÉRITA AUGUSTA que creció se hizo grande, no envejeció, y hoy la llamamos MÉRIDA, en la provincia del Estado del Reino de España que debiera conocer quien no la conozca, Badajoz.
Es el primer Centro de Atención Sanitaria del cual tengo saber. Este Centro de Atención se construyó para dar Asistencia Sanitaria a Personas; es decir, a Individuos Humanos que parlamentan, a Familias integradas en Sociedad.
Si sabemos de Mérida hoy, y la conocemos, podemos apreciar las suaves pendientes para tan discapacitada sociedad. Los recursos fisioterapéuticos utilizados entonces me sorprenden que aún hoy no hayamos sido capaces de aplicarlos.
Es sorprendente saber que en los años setenta se jerarquiza la asistencia sanitaria y las, hasta entonces llamadas "residencias" pasan a ser pabellonarias y llamadas "ciudades sanitarias". Y, para seguir pensando, constituyendo una estructura matricial y dándoles nombres de la Virgen María. Nuestra Ciudad Sanitaria, Virgen de Covadonga y, conforme se hizo crecer, se terminó poniendo en su matriz el llamado Centro Materno-Infantil.
Cuando hice todo lo posible por "fusionar" todas las asistencias, me confundí. Entendí que se pretendía vertebrar el conjunto de las asistencias. No era ese el fin de la fusión. Con vulgaridad intelectual lo que se pretendía era unificar la atención; la gestión de los recursos.
El gran error de los administradores y, en particular de Juan Rodríguez Vigil, ha sido el de fusionar la gestión de los recursos sin haber fusionado la asistencia. Se carecía de saber sobre lo que es asistir y lo que es atender.
Como ejemplo: no tiene sentido, asignar unos recursos a una producción (asistencia) no definida.
Este error lo tenemos hoy: se hace un inmueble sin definir su uso.
No podemos decir que este inmueble es un hospital. Entendiendo que es el recurso para prestar una asistencia médica.
La cultura de Asturias, de España y de Europa sólo se entiende como sociedad. La cultura de USA sólo se entiende como población.
No se puede construir para una población cuando somos, no sólo sentimos, una sociedad milenaria.
No tenemos que soportar la bota del idiota. Como sociedad, somos políticos, no idiotas.
Y, seguimos, con la misma ausencia de criterio se ha construido un recurso documental sin definir la asistencia. Está reciente la condena a un médico por un mal entendido uso de la documentación por parte de un juez. La documentación asistencial actual no es la que corresponde a la asistencia sanitaria que se presta. Esta incongruencia desatina al juez y mal juzga.
No es que el juez yerra, no. El recurso documental utilizado para juzgar no es el que se utiliza para prestar la asistencia, por lo que no hay error, o desviación del propósito. Hay ignorancia, tanto del médico como del juez.
Bien. Ahora este esquizofrénico proceder, o maniaco proceder se le ha dado un soporte informático que, probablemente por hecho casual, es fantasmagórico como lo es el programa de televisión que también recibe el nombre de "Millenium" y, también recibe el nombre de programa.
Se trasladan al nuevo edificio los pacientes y los recursos humanos. ¿Cómo detectar, y con que tiempos de respuesta, los errores asistenciales, vitales y no vitales?
En fin, me voy a un albergue a descansar en el largo camino a Santiago tras hacerlo a San Salvador. En el camino, Santiago hará posible que me tope con Sanatorio alguno que consiga restablecer en mi la cordura olvidada de tanto leer libros de asistencia sanitaria. Y que lo haga antes de toparme con gigantes hospitales que avaluados impiden el camino hasta Santiago o, al menos, a Santa María de Lugo de Llanera, donde darle gracias de mi recobrada cordura.
¡Dios guarde a los Astures!. En paz y no en desventuras.
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