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2 feb 2016

El médico negligente e ignorante

Me refiere telefónicamente Miguel que su padre no se puede mover por un repentino dolor intensísimo en su tobillo derecho. Que lo ha visitado su médico y que le recetó un anti-inflamatorio.
El padre hace 15 dias que ha sido intervenido por mi de una estenosis del canal vertebral.

Voy a visitarle a su domicilio en Jarrio (pasado Navia).

El paciente y su esposa me refieren que al llegar a su casa después de un paseo de unos 2 Km, al subir el peldaño que le dá entrada a su casa, pisó mal apareciendo un dolor muy fuerte en el tobillo derecho; lo que le obligó a encamarse y llamar a su médico.

Al llegar a su casa lo encuentro sentado en silla dura y recta con los pies tocando el suelo.

Al explorar el lugar del dolor se aprecia esguince y crepitación del maleolo, así como hematoma e hinchazón del pié hasta el tobillo.

Con unas maniobras se le redujo la fractura, se le hizo drenaje del pié para reducir la hinchazón y se le inmovilizó con su bota.

El dolor cedió, pisó y pudo caminar sin dolor. No se le recetó fármaco alguno. Se le indicaron medidas posturales y ejercicios de la musculatura de la pierna, para iniciar una fisioterapia rehabilitadora en el centro médico.

Séis horas mas tarde se le llamó por teléfono: "no me duele. Estoy bien. El lunes estaré en el centro como habíamos quedado.

Llámeme a este teléfono que le he dejado si hay cualquier problema o duda sobre las medidas que le he dado".

Situación:

1-No se le había mirado el lugar que refiría con dolor.
2-No se le habia preguntado por las circunstancias en las que se produjo el dolor.

Todo ello me recordó un caso: cuando llegó a Urgencias del HGA un parto en evolución y el médico que la había atendido le puso dos pinzas al cordón umbilical que asomaba.

Este último episodio relatado habia sucedido en 1974. El primer episodio en 2016 a.c.

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