En día del Carnaval Señor, a la Envidia se niega, anteponiendo muda careta, por vergüenza hacer identidad despojada, ante quien de ella hace mofa al suelo arroja, despreciada.
Sobre su cabeza el pié aprieta contra la merecida tierra por donde reptante en castigo eterno con sus lágrimas regará, siendo estéril pedregal y ansiado dorado jardín que nunca al mismo su destino tendrá.
Con la Máscara representa la Tragedia de su Vida Odiada.
No Engaña, el Pueblo Acora su Vida en Pena, o Espera del Perdón de aquel Envidiado
Pena que en la Vida Eterna no llega.
Y ya sólo su voz se escucha en la yerma tierra nunca ya sembrada.
No hay hija que de la Envidia Moría Tenga. Hija Ciega que de la Envidia fue y que Estéril queda en Causa que por su madre fuera.
Envidia de vientre estéril, el sexo no puede extender más que al olvido ciego.
Envidia no hay donde no hubo ni en futuro habrá ni podrá haberlo por no habido. De la nada tan sólo ausencia, nunca olvido.
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