En el comienzo de mi licenciatura en Medicina, me encontré que la mentira era habitual. Ha sido al leer en revistas editadas en España artículos de autores franceses, ingleses, alemanes, inicialmente, traducidos al español y amañados mínimamente en el texto y /o en los datos utilizados.
Los libros me aburrían, exponían conceptos erróneos (el que ya no pude aguantar era la barbaridad que se decía sobre el concepto de elastancia pulmonar y se sigue diciendo). Estos hechos me movieron a leer revistas de publicación periódica en la magnífica biblioteca del "Hospital de la Santa Cruz y San Pablo" de Barcelona. No dejé de hacerlo durante toda la Licenciatura, lo cual hizo de mí un receloso de todo lo editado.
Ayer leía varios artículos publicados en periódicos generales y que, se supone, tienen carácter divulgativo, divulgatorio (más médico). En su momento los recogí como recuerdo de un proceder que no me agradaba ni me agrada: el plagio.
En cuanto a las citas, pocas veces son hechas tras su lectura crítica. Por ese motivo, las expresiones como "de acuerdo con ..." son vergonzantes y vergonzosas.
Estas acciones han de ser punibles y dadas a conocer en el mismo periódico que permitió la difusión del plagio.
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