Con gesto preocupado y airado, contemplo el Pueblo de España, mi Pueblo, de mis padres, de mis hijos, nuestro.
Tuve el presentimiento de ver llegar al Templo a Jesús, y con su látigo expulsar a los comerciantes que en Lugar Sagrado de encuentro de los Españoles con su Dios, la Sociedad, cometían el sacrilegio de la Injuria, de la barbarie del gesto y la palabra.
La Sociedad de España, el Dios del Pueblo de España, bajará en poco tiempo, "entre truenos, relámpagos y sonidos de trompeta, del Santofirme. Al ver a Dios, el pueblo de España temblaba de miedo, se mantenían a distancia. Entonces dijo a Moisés: Habla tú con nosotros que te escucharemos; pero que no hable Dios, no sea que muramos. Moisés les respondió: No temáis, pues Dios ha venido para probaros; él quiere que su temor permanezca entre vosotros y así no pequéis. El Pueblo de España, pues, se mantuvo a distancia mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios.
Nuestro Templo está siendo utilizado por mercaderes que hay que expulsar con el castigo del látigo, o abandonan el Camino hacia la Tierra Prometida del Pueblo de España, donde está el jardín dorado donde de sus árboles cuelgan los frutos del Conocimiento, de la Razón. En el Jardín Prometido se sentarán a la diestra del Padre para disfrutar con él del Conocimiento, de la Comunión entre los hombres.
En toda comunicación interpersonal mediante la palabra y/o el gesto, el significado de estos es convencional, no es natural, o innato. El éxito de la comunicación depende de la estricta observancia del acuerdo, o convención sobre su significado.
En la Constitución del Estado Reino de España, todo encuentro entre El Estado y los Españoles se hace en El Congreso de los Diputados. Los Españoles podrán dirigirse al Estado con la palabra y con el gesto, y lo harán con la mediación de los Diputados por ellos elegidos.
Me expreso en los mismos términos que en el Antiguo Testamento.
En la Biblia el culto, o sacrificio es la representación del encuentro de Dios con el Pueblo de Israel en el Monte Sinaí.
La Sociedad de España podrá dirigirse al Estado de España con palabras y/o con gestos. A esta comunicación se le refiere como ceremonia, ritual, o liturgia. Sobre el significado de estas ceremonias se acuerda, no es natural, no es no nacido, sino creado por el acuerdo de la Sociedad de España.
Dios manda a Moisés la construcción de un Sinaí, o lugar de encuentro con el Pueblo de Israel; lugar, o morada divina. Cuando Israel continúe su viaje a la Tierra Prometida, Dios irá con su Pueblo, no se quedará en el Monte, abandonando a su suerte al Pueblo Elegido.
De igual Modo, la Sociedad de España bajará del Monte Sinaí representado por su Constitución, y adaptará su Constitución para salvar los obstáculos que encuentre en su caminar hacia la Tierra Prometida, aquella en la que el Conocimiento lleve a la Unidad a la Sociedad de España.
La Constitución hablará a la Sociedad de España, como El Señor habló a Moisés "esto dirás a los hijos de Israel: ya han visto como yo les he hablado desde el cielo. No pondrán junto a mi dioses de plata ni de oro. A mi me harás un altar de tierra y sobre él ofrecerás tus sacrificios de
comunión, tus ovejas y vacas; vendré a ti y te bendeciré en todo lugar en que yo haya revelado mi nombre"
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