La momia conservaba sus joyas de oro
El equipo de Myriam Seco descubre pulseras y un collar en una tumba bajo el templo de Tutmosis III en Lúxor
El brillo del oro que deslumbró a Carter y a lord Carnarvon se refleja ahora en los ojos del equipo que dirige la sevillana Myriam Seco y que trabaja en el Templo de Millones de Años de Tutmosis III en Luxor. Los objetos que han salido a la luz y que han vuelto a destellar bajo el sol de Egipto después de casi cuatro mil años no son tan portentosos como los de la tumba de Tutankamón sino solo una pequeña colección de orfebrería, unas pulseritas y un collar con un colgante, pero están hechos del mismo material, la carne de los dioses, el oro. “¡Una maravilla de joyas!”, describe con excitación la egiptóloga española. “Las hemos encontrado en una de las tumbas que se sitúan debajo del templo de Tutmosis III, la número XIV, la primera que excavamos en esta séptima campaña arqueológica y que se encuentra bajo lo que era la sala hipóstila del templo”.
Seco, que dirige los trabajos de excavación, conservación y restauración del importante monumento en la orilla oeste del Nilo, explica que la cerámica aparecida ha permitido datar la tumba en el Imperio Medio (del 2050 al 1750 antes de Cristo).
Los trabajos en las tumbas de la necrópolis situada bajo el templo funerario de Tutmosis III comenzaron el pasado 15 de octubre en la nueva campaña uno de cuyos objetivos era limpiar y proteger las sepulturas localizadas previamente por georradar. Al terminar la limpieza de la tumba de pozo XIV, saqueada en la antigüedad, los arqueólogos observaron que en una de las cámaras se había hundido buena parte del techo, lo que podría significar que a esa zona los ladrones no habían accedido. “No nos equivocábamos”, continúa Myriam Seco. “Un gran bloque de piedra, que había caído antes de que la tumba fuera profanada, había aplastado un sarcófago con todo su contenido. De esa manera se había evitado el robo de los objetos preciosos que llevaba la momia que estaba en su interior”. Al retirar el bloque, los investigadores encontraron restos del sarcófago y una momia totalmente destrozada que, sin embargo, conservaba las joyas con las que había sido enterrada.
La dama de las joyas, dice la egiptóloga, “pertenecía sin duda a una clase social alta y fue sepultada con un colgante de piedras semipreciosas y cilindros de oro que terminaba además en una gran concha de oro delicadamente trabajada”. Además, en cada muñeca portaba una pulsera de oro compuesta de dos hilos entrelazados, y una tobillera de plata similar a las pulseras en cada tobillo. La concha y las pulseras de oro aparecieron en buen estado mientras que las tobilleras de plata están muy deterioradas.
Myriam Seco destaca que el hallazgo confirma la importancia de la necrópolis situada bajo el templo de Tutmosis III. En ella, según la estudiosa, fueron enterradas personalidades importantes del Imperio Medio junto a sus familias.
En la campaña de 2013 se descubrió otra tumba, la XI, con restos del ajuar funerario y el sarcófago de madera de un personaje denominado Ikery. La tumba, saqueada y reutilizada, contenía huesos de hasta 17 personas y trozos de maquetas de madera, vasos canopos y estatuillas, así como una veintena de fragmentos de cuchillos mágicos de marfil.
El proyecto de excavación, restauración y puesta en valor del templo funerario del faraón Tutmosis III comenzó en el año 2008 y es fruto de la cooperación entre el Servicio de Antigüedades Egipcias y la Academia de Bellas Artes de Sevilla.
El equipo está dirigido por la Dra. Myriam Seco Álvarez y el Dr. Nur Abd el Gafar Mohamed. Ambos coordinan las investigaciones en el templo de Millones de Años de uno de los faraones más importantes que tuvo Egipto, considerado como el “Napoleón” egipcio.
Desde los primeros momentos el proyecto ha estado apoyado por la Embajada de España en Cairo y cuenta con el patrocinio de la Fundación Botín, Banco de Santander y Cemex
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