Que no la operen. Se quedará en una silla de ruedas.
Asi es como determinados médicos actúan sobre los pacientes cuando no saben que hacer y no quieren que se sepa de su ignorancia.
Con el diagnóstico de "estrechamiento del canal vertebral lumbar" , la paciente, de 78 años de edad, ha sido intrvenida quirgicamente bajo anestesia epidural lumbar y sedacion. La intervención se realizó en noventa minutos. A las dos horas de la ciruga la paciente se levanta y camina durante cinco minutos, toma un café y se acuesta para, a las dos horas cenar. A la hora de acostarse se despierta agitada, diciendo: "no muevo la pierna". Agita las piernas y se levanta, va al inodoro. Sale y agitada camina de un lado para otro gritando: "no puedo mover las piernas". Conseguimos sedarla farmacologicamente, tras intentar carmarla sin éxito mediante la palabra.
Durmió con placidez el resto de la noche. Al despertar por la mañana se levantó, se duchó y aseó.Tras desayunar se fue a su casa en el coche de su hijo. Al dia siguiente acudió a la consulta ambulatoria para "pedir perdon por lo sucedido. Perdonen, yo no sé lo que me sucedió. No me acuerdo de nada. Me ha dicho mi hijo que, con agitación, "les di un mal al despertar de la nestesia".
No se preocupe, no pasó nada. Olvídese. Ahora toca hacer una buena rehabilitación y a disfrutar cuarenta años mas.
El hijo me preguntó en el tiempo de agitacion qué le pasaba a su madre. Le respondí que al despertar estaba aterrorizada pensando que no iba a poder mover las piernas como le habia dicho aquel otro médico.
Este proceder cobarde es muy habitual por individuos que tienen, probablemente una titulación médica pero que no don de médicos sino de asesinos.
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