Arrobar al mentiroso sólo le es posible al individuo que no es mentiroso. Desenmascarar, desvestir, ponerle cara al mentiroso es tanto más difícil cuanto más tiempo ha vivido con tal vestido.
Se aprecia muy bien en el presidente del partido popular que al vestirse como presidente del Ejecutivo, aparenta, se intitula "no mentiroso". Todos entendemos que como un individuo investido con tan alta dignidad del Estado va a ser un impostor, o mentiroso. Es imposible que un creyente, o creacionista lo pueda desenmascarar pues entiende que el Todo Poderoso, el Innombrable lo ha investido con "tal alta dignidad". Hasta tal punto que el mentiroso acerca su dedo índice a Dios, o representa a este por la más alta dignidad humana que es la grafía.
Dos dedos índices se tocan en un punto intermedio que habla de elección divina, al igual que una mucarna habla de la elección divina de la tierra que pisa el hombre elegido.
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