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25 feb 2015

El camino de la servidumbre.

Entiendo de interés leer este libro. El interés está en poder interpretar el significadovde la "economia politica" a la que hoy estanos dometidos von una visión sesgsds por los intereses de uienes tienen en depósito la confianza de sdministrar oonpublivo. Todos los dias tenemos sobresaltos consecuencia de no saber de que hablan estos faldos politicos. Los idiota, quienes se ocupan de mirsrse el omnliho, lo son genéticamente por lo que nonpueden actuar como políticos, quienes se ocupan denlo público. No pueden sctuar ni pueden ser educafos como politicos. Hsy que entender que son dos dubespecies humanas muy diferentes.Empeñarse la subespecie politica en educar a la subespecie idiota es un imposinle físico. Hecho wue hoy hemos anotado en el diàlogo de Platón del cual hemos anotado.
Parece ser un acyo de desprecio de la subespecie pilitica hacia la idiota; no lo es.


L CAMINO DE LA SERVIDUMBRE (resumen)
Por Friedrich A.Hayek

El Camino de la Servidumbre fue un libro que no encontró difusión ni popularidad en Occidente tras su aparición en 1944. El ambiente ideológico imperante le era francamente hostil: era el mismo que existía en Cuba en la época prerrevolucionaria. El mismo que no pudo ofrecer prácticamente ninguna resistencia a que Fidel Castro llegara al poder e instituyera el comunismo en Cuba. ¿Qué ambiente era ese? ¿Cuál se pensaba entonces que era el camino del progreso y el desarrollo? Pero ¿qué decía la experiencia histórica sobre el mismo? Ese es el tema de este libro.
Es un texto agudo, profético, uno de las grandes producciones liberales del siglo XX. Estoy seguro de que si hubiera sido popular entre nosotros antes del triunfo de la revolución, Fidel Castro no hubiera haber podido hacer lo que hizo. No sólo eso. Si conseguimos hacerlo popular entre nuestros intelectuales, aun ahora, pudiéramos ahorrarnos grandes frustraciones en el futuro.
El Camino de la Servidumbre es un libro de poco más de 200 páginas. La síntesis de una obra tan densa, y tan rica, no es tarea fácil. Hice una amplia utilización de las negritas para tratar de compensar con ese énfasis la eliminación de ciertas reiteraciones. Igualmente, en unos pocos casos, he simplificado un tanto la redacción para ganar en claridad expositiva. No pude resistir la tentación de hacerle algunos comentarios al texto, que aparecen numerados al pie de cada capítulo y que, por supuesto, sólo representan mis opiniones personales. Sólo espero que este trabajo despierte en los lectores el interés por leer el insustituible original, tan poco conocido entre nosotros.
Adolfo Rivero

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