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30 nov 2014

No se puede controlar la epidemia del virus del Ébola, ... ni tampoco la de Federico.





El "control" de una "epidemia" requiere de una "HISTORIA CLÍNICA PERTINENTE", de una identidad e identificación PERFECTA del PACIENTE y de toda PERSONA INTERVINIENTE EN SU ASISTENCIA.


En El Estado del Reino de España y en EEUU quedó claara la MUY DEFICIENTE ATENCIÓN SANITARIA DE LA POBLACIÓN.

Ni en EEUU ni en ESPAÑA está dotado el SISTEMA SANITARIO de una ESTRUCTURA DOCUMENTAL SANITARIA.

Hay que diferenciar entre asistencia y atención sanitaria. 

La atención hace referencia a la dotacion de recursos necesarios para una asistencia médica del paciente y del potencial paciente, o paciente subclinico, tanto antes como durante y posterior asistencia médica.

La carencia de personal cualificado en documentación sanitaria pone de manifiesto esta situación.
La carencia de cualificación en documentación sanitaria durante la Licenciatura en Medicina, sólo puede tornarse en rubor de quien ha estado, desde 197,2 ocupado en esta materia del Conocimiento y asistido a la NEGLIGENTE actitud de los responsables políticos y administrativos de la asistencia sanitaria. Un ejemplo de esta negligente actitud puede medirse en el GASTO, que no INVERSIÓN, realizada en cambiar los registros sanitarios en soporte de papel de todo tipo y composición, y de otros medios, como el acetato y emulsión fotográfica y magnética.u

En nuestro hospital, cuanto menos, llama la atención el enorme -descomunal- gasto en ordenadores y en prigramacion informática sin análisis mínimo, y en el que la sorpresa del monitor pone en evidencia su ignorante actitud.

Que se puede decir de un Estado en el cual no existe un REGISTRO DE IDENTIDAD Y DE IDENTIFICACIÓN DE TODOS LOS INDIVIDUOS HUMANOS RESIDENTES EN SU TERRITORIO GEOGRÁFICO Y EN EL CUAL EL REGISTRO DE VIDAS ESTÁ EN MANOS DE INDOCUMENTSDOS REGISTRADORES DE LA PROPIEDAD Y DE NOTARIOS, O INDIVIDUOS QUE SON TESTIGOS DE QUE LAS PARTES INTERVINIENTES EN UN ACTO SIN SER SABEDORES DE LA IDENTIDAD E IDENTIFICACIÓN DE CADA PARTE Y CIRCUNSTANCIAS QUE MEDIAN ENTRE  CADA UNA DE ELLAS.

Un ejemplo es el cambio de identidad e identificación dictada en sentencia por un Tribunal Supremo en el año 1968 y muerto tal individuo en 2014, siguió haciendo uso de su anterior identidad y con ella realizar todo tipo de actuaciones en clara usurpación de la identidad.


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Hoy hace gracia, que no estupor y miedo,  que un individuo haga uso de una falda identidad. Y, puestos a todo, hago referencia a los individuos que se encuentran en prisión en nombre de otros que les pagan un sueldo por suplantarles, mientras que los condenados continúan realizando la misma actividad delictiva por la que fueron penados.
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La pregunta es: ¿existen en la administración de Justicia y Política individuos con identidad falsa y, de estos, los hay condenados y tienen en la cárcel a su "hombre de paja"?. La respuesta es categórica: SI.

Orwell se quedó muy corto. La extensión y el número sigue creciendo.

Existen sujetos registrados con identidad diferente cuya identidad de ADN es la misma.

Debemos hacer un registro de identidad de ADN en cada recién concebido, nacido, escolar, ....y muerto. Grandes sorpresas, le digo yo a don Federico y, sobre manera, a sus descendientes.

Cuando el ébola salió del bosque

La epidemia cumple un año y sigue fuera de control tras afectar a seis países africanos y causar 7.000 muertes

 El País, José Naranjo Dakar29-11-14

En realidad, el ébola siempre estuvo allí. Desde hace décadas, los investigadores de las fiebres hemorrágicas en África saben que este virus está circulando por los bosques desde Kenia hasta Guinea. Y saben que el principal huésped natural son tres especies de murciélago. Un estudio científico de 1987 publicado en el Boletín de la Sociedad de Patologías Exóticas ya revelaba una importante presencia de anticuerpos en la población de Guinea, lo que puso de manifiesto la existencia de esporádicos contactos entre el ser humano y el virus. Y no solo en este país. Sin embargo, nunca antes se había producido una epidemia de la dimensión actual que ya alcanza los 16.169 contagios, y los 6.928 muertos. Todo comenzó el 2 de diciembre de 2013, hace ahora un año, en un pequeño pueblo de una provincia, la Guinea Forestal, llamado Meliandou.

Ese día, un niño de dos años llamado Émile Ouamouno comenzó a tener fiebre alta, vómitos y hemorragias internas. Los epidemiólogos creen que es el paciente cero, la persona que entró en contacto con el virus, se contagió y desarrolló la enfermedad. Émile falleció el 6 de diciembre y, en circunstancias normales, su nombre nunca hubiera sido famoso. Un niño más, como tantos otros, que muere en África de alguna enfermedad. Sin embargo, entre diciembre y enero murieron también su madre, su hermana y su abuela, a cuyo entierro asistieron numerosas personas de Dawa, el pueblo vecino. Y así, día tras día, funeral tras funeral, el virus se fue extendiendo. De Meliandou a Dawa y de allí a Guéckédou y Macenta. Lenta, pero implacablemente.

La primera expansión de la enfermedad fue silenciosa. Tanto que hasta marzo no cundió la preocupación por unas “misteriosas fiebres hemorrágicas muy virulentas”. El día 10 de ese mes, el Ministerio de Salud guineano envió un equipo a la zona y tomó las primeras muestras, que fueron enviadas al Instituto Pasteur de Lyón. El resultado llegó el día 22. Estaban ante un brote de una variante local de la cepa Zaire del virus Ébola, una de las más peligrosas que en brotes anteriores —todos en África central, en la zona este de la República Democrática de Congo y Uganda, sobre todo— había demostrado una mortalidad de más del 90%.

Médicos sin Fronteras y la OMS enviaron equipos a Guinea, pero la enfermedad llevaba ya dos meses y medio de ventaja y había logrado llegar a la capital, Conakry, sembrando el pánico entre la población. Por primera vez, el ébola entraba en una gran ciudad de un millón de habitantes, aunque lo peor estaba por venir.

El foco de la enfermedad se encontraba en el vértice entre la propia Guinea, Liberia y Sierra Leona, un lugar en el que las fronteras son porosas y se cruzan con extrema facilidad. Y como el virus viaja con las personas, no tardó en extenderse. Con la llegada del verano, la epidemia avanzó como una locomotora desbocada en los tres países.

Incapaces de hacerle frente, las autoridades nacionales vieron desmoronarse sus sistemas públicos de salud, que empezaron a pagar un elevado precio con la muerte de decenas de médicos y enfermeros (282 han fallecido, según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud, OMS).

De diciembre de 2012 a marzo de 2013 el virus avanzó sin causar alarma

Ante una enfermedad desconocida y muy peligrosa, con una tasa de mortalidad del 60% en este brote, los ciudadanos huían de los hospitales, cundió la desconfianza, e incluso se negó la existencia de la propia enfermedad. La OMS no declaró la emergencia de salud pública internacional hasta el 8 de agosto. Con ello llegó el primer llamamiento mundial para el envío de ayuda. La situación en Monrovia degeneró a un ritmo acelerado, con barrios en cuarentena y muertos arrojados a las calles.

El virus siguió viajando y llegó a Nigeria en julio y a Senegal en agosto. Sin embargo, la combinación de una rápida respuesta y sistemas de salud mucho más sólidos permitió que ambos países hicieran frente a la epidemia de manera eficaz y que ya hayan sido declarados libres de ébola. Con la extensión de la enfermedad, los primeros cooperantes y misioneros occidentales empezaron a enfermar. Dos médicos estadounidenses, los religiosos españoles Miguel Pajares y Manuel García Viejo, un enfermero británico… Las primeras repatriaciones, que tuvieron lugar en verano, activaron el mecanismo del miedo y el ébola lograba colarse, por primera vez, en el centro de las preocupaciones de Occidente.

En la actualidad, la epidemia está aún lejos de estar controlada y sigue activa en cuatro países después de que el 24 de octubre una niña se convirtiera en la primera víctima en Malí. Aunque el despliegue de la ayuda internacional y el cambio en las costumbres locales han permitido un descenso en el ritmo de contagios en Liberia y Guinea, la situación de Sierra Leona, donde se ha intensificado el brote en los últimos dos meses, y la aparición del foco en Malí aconsejan no bajar la guardia.


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