El hacerse aparente el "ladrón" está llevando a pensar que toda la especie humana es "ladrona". No, eso es lo que pretenden hacer pensar aquellos que son ladrones.
Corrupto es a que que siendo fresco se ha corrompido.
Se hace mal uso del término corrupto. Este es "ladrón". Y, "ladrón" es el que "roba", término con origen en el término francés "robe", o vestido. Por ello que ladrón es el que roba, desviste, o despoja del tesoro y territorio al que envidia por poserlos. Envidia por poseerlos como consecuencia de ser heredados por su linaje o por poseerlos por su "habilidad" para hacerse con ellos.
El tesoro de la subespecie "persona" es la palabra y, su capacidad para tejer la más preciada túnica que es el parlamento. Una túnica que guarda en su alacena, o librería y que transmite a los de su subespecie en modo escrito, con formas como la escritura, el dibujo, la escultura y, como forma más evolucionada, en forma de usos y costumbres de constituirse en "supra-individuo", o "sociedad".
El Libro de los Jueces, el más excelso de los tesoros reunido durante el reinado de los 27 reyes visigodos y que se conserva bajo los pilares de la "casa de entre la montaña soñada y la deseada", donde el conde Pelayo dejó a buen recaudo manifestando con ello su lealtad al pueblo visigodo representado por su Rey Rodrigo, muerto en su defensa, a manos del desleal pueblo sarraceno, en el año 711 en las aguas del río Guadalete, allá por las sureñas tierras de la tierra Ibérica.
Descendientes del pueblo sarraceno pueblan el territorio ibérico en busca de un tesoro que no alcanzan por su condición de individuos. Roban túnicas, o camisas que ellos utilizan pero no las personas.
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