Multa de 3.450 millones a seis bancos por manipular tipos de cambio
EE UU, Reino Unido y Suiza castigan a Citigroup, JP Morgan, UBS, RBS, HSBC y Bank of America
En una nueva acción multimillonaria de los reguladores contra los excesos de la banca, los grandes conglomerados financieros globalesCitigroup, JPMorgan Chase, UBS, HSBC, Royal Bank of Scotland yBank of America han sido sancionados con cerca de 4.300 millones de dólares (3.450 millones de euros) en EE UU, Reino Unido y Suiza. Se les acusa de haber conspirado durante casi seis años para conseguir manipular el tipo de cambio de las divisas y así ir por delante en las operaciones que les confiaban sus propios clientes. Los operadores de diferentes entidades actuaban coordinadamente para mover las cotizaciones antes de que se fijase el tipo de cambio de referencia. Se comunicaban a través de mensajes en grupos de chats a los que habían bautizado como Los Tres Mosqueteros, El Equipo A o La Cooperativa.
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Los reguladores en EE UU, Reino Unido y Suiza, que han llevado a cabo la investigación de forma coordinada, acusan a estas seis entidades globales de no haber aplicado los controles internos necesarios para evitar que sus operadores pusieran los intereses del banco por delante de los de sus clientes. Las multas son fruto de un acuerdo con los bancos implicados y supone otro golpe a la reputación del sector financiero, que ha ido de escándalo en escándalo desde que estalló la crisis financiera y acumula decenas de miles de millones en sanciones.
El mercado de divisas mueve más de cuatro billones de euro al día. El 40% se negocia en Londres y el 20% en EE UU. La investigación se centró en la operativa con el G-10, las 10 divisas más importantes del mundo. Los operadores de estas grandes entidades establecen los tipos de cambio que luego sirven de referencia para que múltiples actores del mercado liquiden sus transacciones con divisas. Por eso las medidas de control interno de los bancos son tan importantes, como sucedió con el caso del líbor. La conducta irregular tuvo lugar entre enero de 2008 y octubre de 2013. Es decir, se extendió meses más allá de saltar el escándalo de la manipulación de los tipos de interés (líbor y euríbor), que también se saldó con grandes multas.
Los seis bancos afectados deberán pagar en total 1.475 millones de dólares al supervisor del mercado de futuros de EE UU (CFTC, en sus siglas en inglés) y 1.768 millones de dólares (unos 1.400 millones de euros) a la autoridad que regula la conducta del sector financiero en Reino Unido (FCA), en su caso la mayor impuesta en la historia. A estas dos cantidades se suma una sanción de 950 millones de dólares de la agencia que supervisa a la banca y los intercambios de moneda en EE UU (OCC) y 134 millones de francos suizos (unos 110 millones de euros) impuestos por el supervisor suizo (Finma) a UBS.
UBS suma 800 millones de dólares en multas de los supervisores de los mercados de EE UU, Reino Unido y Suiza. Citigroup tendrá que abonar a la CFTC, la FCA y la Finma una multa de 668 millones de dólares. Es una cantidad de la que no se alejó mucho JPMorgan, con 662 millones. La reprimenda a las grandes entidades británicas se sitúa también en ese nivel, con 634 millones de dólares en el caso de RBS y 618 millones en el de HSBC. Es solo el comienzo del goteo.
Horas después se sumó a la acción la OCC. En su caso se concentró en tres bancos estadounidenses. A JPMorgan y Citigroup les impuso una reprimenda de 350 millones de dólares cada una, con lo que el total de cada una de esas entidades supera los 1.000 millones. Además metió en el paquete a Bank of America, con 250 millones de dólares. Estas sanciones podrían crecer y ampliarse a más bancos porque hay otros expedientes abiertos en EE UU y en otros países.
El Banco de Inglaterra anunció que Matin Mallett abandona el cargo de supervisión del mercado de cambio, porque estaba al corriente de que los operadores de los bancos estaban cometiendo una serie irregularidades y no hizo lo necesario para evitar que la manipulación tomara cuerpo. Tampoco dio indicaciones sobre el problema, pese a sentirse incómodo con esta conducta. Mark Carney, gobernador del banco central de Reino Unido, acepta las críticas contra la entidad.
Aitan Goelman, director de la CFTC, destacó la importancia de que las empresas y personas que hacen una transacción de divisas confíen en las referencias que se fijan. “El mercado solo funciona si la gente confía en que el proceso para fijarlas es justo y no está corrompido por la manipulación”, señala el supervisor de EE UU. El regulador británico insiste en este punto en que el fallo de los bancos fue “evidente” a la hora de evitar los conflictos de interés.
También hace referencia en su acción a que se saltaron las reglas de confidencialidad en estas operaciones, al compartir los bancos entre ellos información sobre las actividades de los clientes que les permitieron ir por delante en el juego, “una connivencia que era perjudicial para los clientes y el conjunto del mercado”. “Estos fallos permitieron a los operadores de esos bancos actuar de una manera inaceptable”, indicó la FCA en su comunicado.
Los reguladores no discuten que los grandes actores del mercado de divisas traten de dar con una fórmula que les permita limitar el riesgo de las órdenes que le hacen los clientes. Pero considera “completamente inaceptable” que los bancos trataran de manipular los tipos de cambio de referencia y buscaran la forma de activar órdenes automáticas de los clientes para limitar las pérdidas de tal modo que beneficiasen a sus intereses. Esta conducta, concluye, “va en detrimento potencial de ciertos clientes y participantes”.
Se trata de la primera serie de sanciones. La semana pasada, los dos bancos estadounidenses multados indicaron de que el acuerdo era inminente, cuando JPMorgan admitió públicamente a los inversores que estaba siendo objeto de la investigación. Entonces también mencionó al Departamento de Justicia como parte de la acción, por lo que la suma podría ser mucho mayor. La Reserva Federal también acaba de anunciar que está en el caso. Citigroup, por su parte, comunicó cargas adicionales de 600 millones en el tercer trimestre por este caso en concreto.
De hecho, se calcula que había una docena de grandes bancos cuyas prácticas estaban bajo examen por varios supervisores, entre ellos Bank of America. El segundo mayor banco de EE UU revisó el pasado viernes sus cuentas para incluir cargas extraordinarias de 400 millones, anticipando los costes legales de este expediente. Fue un montante suficiente para convertir su beneficio de 170 millones en pérdidas de 230 millones. Barclays decidió en el último momento descolgarse del grupo porque prefiere negociar en bloque con todos los reguladores.
Desde que comenzó la investigación hace un año, fueron despedidos cerca de una treintena de operadores en los departamentos de divisas en estos bancos. En este momento no hay una acción criminal contra los empleados ni los directivos de las entidades, aunque el supervisor suizo sí que ha dirigido una investigación contra 11 personas. Para eso, deben existir pruebas específicas que soporten la acusación de que había una intención clara de cometer un fraude. Es algo que no se pudo probar en el caso del empaquetado de deuda hipotecaria basura.
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