Ofrécese cerebrito. Razón: portería
Vale que cobrar como diputado y por asesorar a una constructora no es ético, como le reconoció Pujalte a Pepa Bueno en un lapsus tonto. Pero es legal. Y a mí a legal no me gana nadie
Estos días con la pata quebrada y amarrada al teclado, me ha dado por pensar en el día de mañana. No en qué me voy a poner, malpensado, porque para estar en casa bastante hago con cambiarme de refajo, sino, tú me entiendes: en el porvenir, el largo plazo, en más allá del puente de mayo, vamos. Ya sé que la economía va como un tiro, que exulta Guindos, pero tal como está mi sector productivo, no está de más buscar un plan B por si los chuzos de punta mutan en lanzas propiamente dichas. Lo malo de reinventarse a cierta edad, no obstante, es que la cabra tira al monte. ¿Y de qué va a tirar una cánida vieja a estas alturas? Pues de lo que controla, no te fastidia. Una cosa es reconvertirse de pija de Serrano en superviviente en Honduras a razón de 30.000 la semana, como Carmen Lomana, y otra empezar de cero una carrera y que suene la flauta por la coyuntura sociopolíticaeconómica. ¿O no, Teresa Rodríguez, de Podemos-Andalucía?
Total, que estoy por quemar mis naves, tal que Rosa Díez, e irme postulando para lo que surja desde esta tribuna. Vale, ya sabemos que no está bonito usar los privilegios del curro para hacerte unos bolos por otras plazas a cuenta de la nómina que te paga tu santo patrón por el sudor de tus neuronas. Eso lo saben hasta los de Sálvame Deluxe, por mucha fama de pesebreros, perdón, peseteros, que tengan. Está feo de testículos cobrar de un propio y venderle a otro lo que sabes en virtud de tu puesto. O eres de Mediaset, o de Atresmedia. O moro, o cristiano. O de Belén Esteban, o de Olvido Hormigos. Pero todo eso de la lealtad a la casa y otras pamplinas de ursulina era antes de que trascendiera que Trillo y Martínez-Pujalte, actual embajador en Londres y pepero azote de corruptos, respectivamente, percibieran entre 5.000 y 9.000 pavos mensuales por tomarse un par de cafés con una constructora de obra pública. Vale que el hecho de que, además, ambos percibieran su sueldo de diputado no sea ético, según le reconoció Pujalte a Pepa Bueno en un lapsus tonto. Pero es legal. Y, a legal, no me gana nadie.
Que tiene una visión privilegiada, asevera de Pujalte Mario Armero, que lo fichó para su causa. ¿Entonces, porqué a mí nadie me consulta nada con lo que han visto y oído estos ojos y estos tímpanos que se han de comer la uveítis y las alertas de los móviles de la peña? Armero, de verdad te lo digo: con el café, depende del día, pero tú me invitas a un tinto de verano, y te canto por soleares, como la vicepresidenta Santamaría en cuanto se quita el corsé de La Moncloa. ¿Qué de qué?. Pues no sé, de todo. De la condición humana. De los intríngulis de los poderosos. De sus manías, de sus pasotes, de sus complejos. De cómo está el patio ahí fuera. Déjame, solo, que lo consulte con Javier Gomá. Sí, hombre, un filósofo así alto, rubio, de ojos azules y del mismo Bilbao que va de apolíneo y dionisíaco y de mundano y de ascético al mismo tiempo. A lo tonto, se está forrando el tío con su Ejemplaridad pública (Taurus). Vale, lo de Razón: Portería, es el título de otro de sus incunables. Pero aquí, hasta que cierre el chiscón, la única portera es mi menda, y él me plagió primero. Donde las dan, las toman, Schopenhauer.
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