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4 may 2014

Gobierno tripartito, solo si es parlamentario será viable. El PP, no es parlamentario.

Una Comunidad con final abierto

La pérdida del PP de la mayoría absoluta abre un escenario desconocido en las elecciones González alienta el miedo a un tripartito, el auge de IU condiciona al PSOE y UPyD deberá elegir


El País, José Marcos, 04-05-14


El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González (izquierda), y el líder del PSM, Tomás Gómez, en la Asamblea regional. / LUIS SEVILLANO
Las elecciones autonómicas de 2015 serán dignas de Alfred Hitchcock. Cuatro años después del tsunami de votos que llevó al Partido Popular a batir todos los récords, duplicando en votos y escaños al PSOE, los comicios del año que viene asoman en el horizonte con un final abierto en el que todo, absolutamente todo, es posible. La combinación de resultados y alianzas factibles abre un escenario con tantas variantes que, frente al monocultivo del PP en los últimos 20 años, pronosticar las décimas elecciones regionales trasciende la ciencia ficción.
La única certeza inmutable es que tanto en los tres partidos de la oposición como en Génova dan por hecha la pérdida de la mayoría absoluta popular. A partir de ahí, lo que venga está por ver: un gobierno del PP en solitario como formación más votada —hecho empírico que tampoco se discute—, en minoría o apoyado por UPyD de forma puntual o dentro del Ejecutivo; un pacto gobierno entre PSOE e IU siempre que superasen con sus votos al PP y UPyD se abstuviese; un tripartito que englobase en un mismo proyecto a la oposición... El misterio sin resolver que rodea a los cabezas de cartel de los cuatro partidos representados en la Asamblea de Madrid aviva la expectación de un proceso electoral que se antoja movido y apasionante.
A un año de las elecciones, estas son algunas de las claves que decidirán el pulso entre PP, PSOE, IU y UPyD:

Elecciones autonómicas

  • El PP fue el partido más votado en las autonómicasde 2011 con el 51,7% de apoyos. EL PAÍS le dio en la encuesta de 2013 una estimación del 35,2%. Este año es del 36,7% (1,5 más).
  • El PSOE tuvo un respaldo del 26,2% en 2011. La estimación en 2013 fue del 20,1%, y del 21,3% este año (1,2 más).
  • IU recibió el 9,6% de votos en 2011. La estimación en 2013 fue del 18,9%, frente al 18,8% de ahora (una décima menos).
  • UPyD entró en la Asamblea en 2011 con un 6,3%. La estimación en 2013 fue del 10,4%, por el 12,7% de 2014 (2,3 más).
PP versus tripartito. Penalizado con una intención de voto del 36,7%, que pese a la mejora en un punto y medio respecto a la tendencia de 2013 es un drama comparada con el 51,7% de papeletas con las que Esperanza Aguirre barrió en 2011, el PP no se encontraba tan abajo desde los años ochenta. La estrategia de Ignacio González para revertir un presente tan inhóspito para sus intereses pasa por convertir las elecciones en un todos contra el PP. Y es ahí, en la arena política, donde el ascenso de UPyD —12,7% que duplica el 6,3% con que se estrenó esta legislatura en el Parlamento regional— trastoca su hoja de ruta.
Las constantes alusiones a PSOE, IU y UPyD como un tripartito de izquierdas no son casuales: juegan con la referencia todavía reciente del tripartito catalán que encabezó el socialista José Montilla con Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya. La comparecencia conjunta de los portavoces de la oposición el pasado febrero en la Asamblea, insólita en la legislatura y organizada para reclamar la creación de tres comisiones de investigación relativas a la gestión de Caja Madrid, de Telemadrid y la privatización del Canal, dio origen a la maniobra del PP. Con ella, el Ejecutivo autonómico busca la desmovilización del electorado descontento que se estaría pensando otorgar su voto al partido de Rosa Díez. “Hasta ahora, nuestros votantes se abstenían cuando se cabreaban. No tenían opción de votar a otra fuerza política porque, simplemente, ninguna les ofrecía esa posibilidad. La irrupción de UPyD ha revolucionado nuestro patio trasero”, expone un alto cargo del PP de Madrid. Un motivo más por el que la percepción entre los socialistas también ha cambiado, y ya no aluden a los magenta como “la marca blanca del PP”.
Mientras, en UPyD reconocen que, tras absorber en un primer momento apoyos del centro-izquierda, ahora están atrayendo a votantes procedentes del centro-derecha y con un perfil liberal. Una razón más por la que en el PP les han pasado a ver como una amenaza y no como un posible aliado: si Aguirre cortejaba a la mínima oportunidad que tenía al portavoz en la Asamblea, Luis de Velasco —“parece que llevan un tiempo votando de forma conjunta y coordinada”, aseveraba recientemente con tono grave la presidenta del PP autonómico, a la que muchos en la Dirección nacional del partido critican que diera voz a Rosa Díez en Telemadrid cuando el partido que lidera daba sus primeros pasos—, la inquina de González hacia UPyD es conocida. Como ejemplo, el discurso que el también secretario del PP regional dio en diciembre ante los militantes de Villa de Vallecas, ante quienes calificó el proyecto político de UPyD de “falsas aventuras que no llegan a nada” mientras enfatizaba que la alternativa al Partido Popular “sería el caos absoluto”.
Cosas de la política, el cuerpo a cuerpo entre populares y magentas coincide con la historia de amor de Tomás Gómez con UPyD, de la que necesita, como mínimo, su abstención para poder formar un gobierno con IU.


El coordinador de IU Madrid, Eddy Sánchez. / BERNARDO PÉREZ
PSOE e IU, de igual a igual. Las encuestas reflejan la incapacidad del secretario general de los socialistas madrileños para explotar los escándalos de gestión y de corrupción, por no hablar de traspiés siderales como Eurovegas, que asolan al PP. Pero ese no es el mayor problema de Callao, donde ven con espanto la proximidad de IU: hoy por hoy, la formación de Eddy Sánchezdoblaría votos (18,8%, una décima menos que el año pasado) en el que sería el mejor resultado de su historia, pues en 1995 obtuvo el 16,02%.
“No somos el hermano pequeño de nadie”, avisa el coordinador general de IU, para el que el sorpasso no es una fantasía. Haya o no empate técnico, lo que está claro es que el equilibrio de fuerzas en un hipotético Ejecutivo de PSOE e IU no tendría nada que ver, salvo las siglas, con el de Andalucía, donde los socialistas cuatriplican a sus aliados (47 escaños frente a 12). “Más allá de la desproporción evidente, en Andalucía también también nos pasó factura que todo el mundo pensaba que gobernaría el PP... Y eso nos pilló desprevenidos, sin un proyecto profundo de gobierno requetepensado”, cuentan en IU.
Confiado en sus posibilidades, Sánchez tiene pensadas desde hace meses las condiciones que pondrá a Gómez en caso de poder gobernar. Será a la par... Y el pez chico podría comerse al grande. Un contexto de lo más indigesto para Gómez, que no quiere saber nada de primarias y cuyo futuro político pasa, sí o sí, por presidir la Comunidad. Aunque sea con menos votos todavía que en 2011 (26,2%). Cuando Rafael Simancas recolectó el 33,46% de apoyos en 2007 —990.473 papeletas, equivalente a 42 escaños en un hemiciclo con 120 diputados (nueve menos que ahora)—, el actual líder de los socialistas madrileños pidió su relevo ipso facto. “Como no sea presidente, Tomás está muerto políticamente”, reconocen en su Ejecutiva, donde interpretaron la presencia de la presidenta de la Junta andaluza, Susana Díaz, en la conmemoración de la creación del PSOE en la Fiesta de la Rosa “como un espaldarazo y una declaración de intenciones”.
Lo que no gustó tanto en el PSOE fue la ausencia de Gómez y su cúpula de la recepción posterior al desfile del Dos de Mayo en la sede del Gobierno madrileño en la Puerta del Sol. Como en otras ocasiones, el dirigente fue el único de los portavoces de los partidos de la Asamblea que se ausentó del evento que, por contar, incluso contó con la presencia del embajador de Corea del Norte.


El portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco. / ÁLVARO GARCÍA
Fin de fiesta para UPyD. La ambigüedad que le reprochan el resto de partidos, que critican que no saben si son de izquierdas o derechas con símiles futbolísticos —“¿lo suyo es la posesión o el contragolpe?”— no pasará de las elecciones de 2015. Y, decidan lo que decidan, no será bueno para los magenta, que tendrán la llave de la Comunidad. Y por eso mismo tendrán que pronunciarse entre gobernar con el PP, abstenerse y permitirle gobernar en minoría (siempre que sume más que la dupla PSOE-IU), dejar hacer a los otros dos partidos de la oposición o, en la opción más remota y rizando el rizo, gobernando a tres bandas con PSOE e IU.
“Todo eso, además, a escasos meses de las elecciones generales”, asienten en UPyD, donde la última posibilidad no tiene adeptos, tal y como ya dejó entrever Velasco hace un año: “La experiencia de tripartitos en otros sitios, como Cataluña, ha terminado como el rosario de la aurora. Me parece que sería muy difícil”. Y menos con IU, que pese a los cantos de sirena de Eddy Sánchez despierta muchos recelos en las filas de Rosa Díez... Y viceversa. El morbo está servido.

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