La ley de abdicación logra un amplio consenso en el Congreso
Los partidos mayoritarios elogian al Rey y su contribución a la democracia y la estabilidad
eL pAÍS, FERNANDO GAREA Madrid 11 Junio 2014
La gran mayoría del Congreso de los Diputados ha despedido hoy el reinado de don Juan Carlos desde el reconocimiento a su labor y ha dado la bienvenida al próximo rey Felipe VI desde la reafirmación del pacto constitucional y de la contribución de la monarquía parlamentaria.
La Cámara ha aprobado la ley de abdicación, la norma más corta y más trascendente de las últimas décadas en España, en un ambiente de solemnidad que tendrá continuidad el día 19 con el acto de proclamación del nuevo rey Felipe VI. El único sobresalto ha sido el voto de los socialistas Odón Elorza y Guillem García: el primero se ha abstenido rompiendo la disciplina de voto y el segundo, que pidió libertad para votar, no estuvo presente. Ambos serán multados con 400 euros.
Sigue el proceso de la primera sucesión en la Corona bajo la Constitución de 1978, gracias a los 299 votos los diputados de PP, PSOE, UPyD, UPN y Foro Asturias, frente a los 19 de Izquierda Plural, ERC, BNG, Geroa Bai, Compromis-Equo y Nueva Canarias y las 23 abstenciones de CiU, PNV, Coalición Canaria y Elorza.
En ese ambiente de trascendencia histórica el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, han coincidido en una especie de reedición del consenso que marcó el arranque de la Monarquía constitucional y que sirve para cerrar los 39 años de reinado de Juan Carlos I.
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Desde distintos puntos de vista, ambos han hecho un canto a la Constitución de 1978, a la contribución del Rey y a la esperanza por su sucesor, a pesar de que han coincidido en decir que sólo se trataba de ratificar la abdicación y no de debatir o votar el modelo de Estado. El único matiz es que el líder del PSOE ha asegurado que “no se trata solo de un relevo generacional". "Este cambio debería dar paso a un tiempo nuevo", ha dicho, y en él ha situado una reforma constitucional y cambios institucionales que afecten a la ley electoral, al modelo territorial y al funcionamiento de los partidos, entre otros.
El presidente del Gobierno ha intervenido para defender el proyecto de ley y dar la solemnidad correspondiente al proceso de sucesión. Desde la “normalidad y la naturalidad” y como “síntoma de estabilidad y de madurez democrática”, según sus propias palabras. Porque, según Rajoy, “a ningún español le intranquiliza la abdicación porque nadie considera que se haya producido un vacío en el poder, ni que se haya abierto una etapa de incertidumbres. España permanece tranquila porque se apoya en la estabilidad de su sistema político y la solidez de las instituciones constitucionales”.
“No estamos aquí para modificar los hechos, sino para subrayar con nuestra ley que en España contamos con una monarquía parlamentaria; es decir, una democracia en la que todo cuanto afecte a la Corona, como todo lo que atañe a las instituciones del Estado, exige la intervención de las Cortes”, ha subrayado Rajoy para explicar el proceso en el Congreso.
En dos ocasiones ha asegurado que “la forma política de Estado no está en el orden del día”, que solo se trataba de cumplir la Constitución y se ha remitido a la Transición para remarcar la importancia de la Monarquía para mantener el sistema democrático. “España es una Monarquía porque así lo quieren los españoles. Ven en la Monarquía el mejor símbolo de la unidad y permanencia del Estado y porque estiman que es la opción que mejor garantiza la imparcialidad, la estabilidad política, la continuidad de las instituciones y, en definitiva, la convivencia en paz que es indispensable para el progreso y la posteridad”.
El presidente del Gobierno ha aprovechado para rendir tributo a don Juan Carlos porque, según ha dicho, “sería necesario estar muy ciego de obstinación para no reconocer los méritos que ha cosechado el Rey que ahora nos deja: su empeño por encarnar la concordia de todos, su capacidad para ser el mejor símbolo de nuestra democracia en el mundo, y, no lo olvidemos, el cuidado que ha puesto en la preparación de quien está llamado a sucederlo”.
Al aún monarca le ha atribuido virtudes como “responsabilidad, serenidad, carácter, preparación, competencia y madurez”. Para añadir: “Tenemos la certeza y la tienen la mayoría de los españoles, de que estas condiciones y cualidades concurren en Don Felipe de Borbón y Grecia”.
En el balance del reinado, Rajoy ha situado la comparación con la España de hace 39 años, cuando no había libertades y “una sociedad bastante cerrada sobre sí misma y un actor internacional aislado de sus vecinos y poco relevante en la escena internacional”. Ahora, según ha dicho, “España es una economía desarrollada, un país de derechos y libertades, una sociedad abierta al futuro. Somos una democracia consolidada y estable”. “Se propuso ser el Rey de todos y lo logró” y “le tocó un papel de excepción y lo desempeñó excepcionalmente”, ha resumido.
Rubalcaba: "Sería un dislate votar no"
En apoyo de la ley ha terciado Alfredo Pérez Rubalcaba en una de sus últimas intervenciones parlamentarias como líder del PSOE y de la oposición. Su discurso ha servido para explicar que no se votaba la forma de Estado, para argumentar la posición de su partido ante la Monarquía, para mostrar su fidelidad al pacto constitucional, para dejar clara su lealtad al próximo Rey y para pedir que empiece un tiempo nuevo que incluye un cambio constitucional e institucional.
Según ha dicho, sería “un dislate” votar que no a una ley de abdicación que solo cumple la Constitución y ha explicado que el PSOE apoya el proceso de sucesión porque se trata de “la ratificación del consenso alcanzado en la Transición" y de un "ejercicio de coherencia política".
“Esta ley sirve para cumplir con la Constitución, para ser fieles al consenso que permitió su aprobación, y como expresión de la voluntad de colaborar para abrir un tiempo nuevo, que nos permita hacer frente a la crisis social, política y económica que vive España. Votaremos sí porque es cumplir con la ley, cumplir con la Constitución que contribuimos a elaborar, que votamos y que defendemos”, ha argumentado.
En su declaración de intenciones, ha asegurado que el PSOE “defiende la preferencia republicana, pero somos compatibles con la monarquía” y “los socialistas no ocultamos nuestra opción republicana. Pero reafirmamos nuestra fidelidad al consenso constitucional”, con argumentos como la garantía para la estabilidad y la democracia que ha supuesto el Rey.
“La soberanía reside en el pueblo. Los españoles no somos súbditos, somos ciudadanos. Votaremos sí para cumplir la ley. Decidimos solo de la abdicación, solo de la abdicación, no de la sucesión. Eso ya lo votamos en 1978. Ahora en esta votación solo votamos la abdicación. No la sucesión, eso está regulado en la Constitución. Eso ya lo votamos en esta Cámara en 1978 y lo ratificó ampliamente el pueblo español.
También ha comprometido la lealtad de su partido con el próximo Rey, asegurando que quien será Felipe VI el día 19 de junio “tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa en España” y deseándole “lo mejor para su reinado, garantizándole el respeto y la lealtad del grupo socialista, y ofreciéndole nuestra colaboración para abrir ese tiempo nuevo que nuestro país necesita”.
En ese nuevo periodo ha asegurado que “la abdicación del Rey Juan Carlos I y la proclamación del nuevo Rey Felipe VI deberían servir para abrir paso a un tiempo de cambios y reformas, pactadas, consensuadas, cambios institucionales y también constitucionales, que debería de materializarse no en un nuevo proceso constituyente, sino en una reforma constitucional para mejorar el funcionamiento de los partidos políticos; para cambiar nuestro sistema electoral; para recoger los avances sociales que en estas décadas se han producido y consolidarlos; para abordar nuestros problemas territoriales, el funcionamiento de nuestro Estado autonómico y hacerlo en una dirección federal. Son reformas que en estos momentos creemos inaplazables e imprescindibles”, ha afirmado.
Esas reformas tendrá que impulsarlas el que sea nuevo líder del PSOE tras el congreso del mes de julio en el que Rubalcaba será relevado como secretario general.
También ha apoyado la abdicación y la tramitación de la ley UPyD porque, según su portavoz, Rosa Díez, “si no aprobamos esta ley no podrá abdicar”.
También porque en su opinión supone cumplir la Constitución. “La respuesta hoy es Constitución, sí. El respeto a la Constitución que ha supuesto el periodo más largo de libertad, estabilidad y prosperidad que hemos vivido y que fue aprobada en referéndum en 1978”.
“La forma de Estado no importa, lo importante es la calidad de la democracia, la ciudadanía democrática, no la forma institucional del régimen que la garantiza”, ha asegurado Díez, para quien estamos en la “cita con lo mejor de nuestra historia, la conquista de la normalidad y estabilidad institucional. Estemos a la altura de los tiempos”.
La portavoz de UPyD ha hecho también una encendida defensa del Rey Juan Carlos del que ha dicho que “supo aprender de la sociedad española, aprender de fracasos y se puso del lado de los que queríamos construir una España plural y democrática”.
Al futuro Rey le ha dado su apoyo, pero no “como cheque en blanco” y para pedirle que esté "de nuestro lado en la regeneración democrática”. Le ha puesto deberes en forma de “profundas reformas institucionales”.
La izquierda pide un referéndum
Enfrente ha estado la izquierda, especialmente el grupo de la Izquierda Plural (IU, ICV y CHA), que ha votado en contra, que ha pedido un referéndum sobre el modelo de Estado y que ha ilustrado su posición con carteles con la expresión “Referéndum, ya” y escarapelas con la bandera republicana en sus solapas.
Cayo Lara, líder de IU, ha lamentado que el futuro Rey vaya a heredar la Corona “como si fuera una propiedad privada”. En su opinión, se trata de un proceso de sucesión “gestado de forma oscura. Es sangre nueva para una dinastía decrépita”. Lara se ha hecho eco de la “voz de la gente que soñó con República democrática”, para hablar de la corrupción en torno a la familia real y plantear la disyuntiva entre “el derecho de sangre o la urna”.
En el no ha estado también el portavoz de ERC, Alfred Bosch, para quien el 9 de noviembre, en la consulta soberanista, “se elegirá entre la monarquía española y la república catalana y proclamaremos la república catalana”.
Abstenciones
En medio han situado CiU y PNV con su abstención. Josep Antoni Duran Lleida, portavoz de CiU, ha explicado que los nacionalistas catalanes se sienten excluidos del proceso entre PP y PSOE y ha pedido “sensibilidad” al nuevo Rey sobre Cataluña.
Aitor Esteban (PNV) ha hecho referencia al pacto constitucional, del que su partido fue excluido y que se concretó en que solo el 30% de los vascos diera su sí a la Constitución.
Y en el extremo se ha situado Amaiur, cuyos diputados se han ido de la votación y su portavoz, Sabino Cuadra, ha vinculado al Rey con torturas y le ha situado como heredero de Franco. Y ha acabado con un grito de “¡Monarquía fuera, viva Euskal Herria libre y republicana!", mientras desplegaba una ikurriña en la tribuna.
Los diputados de la Izquierda Plural han votado no con frases como "por más democracia voto no", "por la democracia y la república, voto no" y "no, por más democracia y libertad". Los de ERC con expresiones como "por la república catalana, voto no". Lo diputados de PSOE y PP han aplaudido el resultado y los del Grupo Popular se han puesto en pie.
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