Aborto espontáneo
JOSÉ A. DE LA OSA
Los especialistas definen el aborto espontáneo como la expulsión del producto de la concepción antes de las 22 semanas de gestación y en el cual no interviene la acción humana de forma intencionada. Se considera precoz si ocurre antes de las 12 semanas y tardío si se presenta después de ese tiempo.
De forma general, valora la doctora Aimée del Rosario Pérez, estas tasas de aborto son bajas, oscilan en un 15 % entre el total de embarazos reconocidos por métodos clínicos; sin embargo, la tasa de aborto depende en buena medida de los antecedentes ginecobstétricos y resulta más alta en mujeres con pérdidas gestacionales previas donde se incrementa hasta en un 20 %.
La doctora Del Rosario es especialista en Ginecobstetricia, jefa de la Sala de Cuidados Perinatales del Hospital Ginecobstétrico Docente "Eusebio Hernández", radicado en La Habana. También es Máster en Urgencias Médicas.
—¿Cuáles son las causas fundamentales que originan los abortos espontáneos?
—Solo el 50 % tienen causas conocidas, dividiéndose en ovulares, que incluyen las anomalías genéticas (síndrome de Down), y las maternas en la que se describen las alteraciones anatómicas, endocrinas, inmunológicas, infecciosas, ambientales, fundamentalmente.
—¿Y en cuanto a los factores de riesgo que podrían tender a su desencadenamiento?
—La edad materna (mayores de 35 años), las malformaciones uterinas, el fibroma uterino, la incompetencia cervical, los procesos inflamatorios; enfermedades endocrinas no compensadas como la diabetes mellitus, el hipertiroidismo e hipotiroidismo, la obesidad, algunas enfermedades sistémicas como el lupus, las cardiopatías, nefropatía, coagulopatías y desnutrición; infecciones como la sífilis, el toxoplasma, herpes virus, citomegalovirus y la clamidia.
—Una precisión: ¿Haber tenido una pérdida con anterioridad aumenta los riesgos?
—Sí, el antecedente de un aborto espontáneo aumenta el riesgo de perder un próximo embarazo, pues a los factores de riesgo que tenía con anterioridad la paciente se suman la manipulación uterina durante el legrado o limpieza de la cavidad uterina y las posibles complicaciones que deriven de dicho proceder, así como la no recuperación de los órganos reproductores de la madre si el periodo que media entre un embarazo y otro es muy corto.
—¿Estos eventos pueden ocurrir a repetición?
—Sí, y la paciente se clasificaría como una abortadora habitual. Se incluyen en este grupo las que hayan tenido dos pérdidas espontáneas consecutivas o aquellas que hubiesen tenido cinco pérdidas no consecutivas.
—¿Hay manifestaciones que permiten al especialista detectar una situación de riesgo de aborto?
—Entre los signos médicos fundamentales encontramos la presencia de dolor bajo vientre en forma de cólico, similar al dolor menstrual, y los sangramientos vaginales, habitualmente en forma de manchas sanguinolentas con una cuantía variable que pueden ser de un tono rojo brillante a carmelita oscuro.
—¿Existe tratamiento o recomendaciones de conductas a seguir, incluso para la pareja, ante estas pérdidas del embarazo?
—Cuando ha ocurrido una pérdida única aislada las recomendaciones tanto a la paciente como a la pareja van encaminadas a la recuperación física y emocional y las orientaciones con relación al momento ideal para volver a embarazarse. En cambio, si nos encontramos ante una paciente con pérdidas recurrentes de la gestación, nuestras acciones están encaminadas a determinar las posibles causas que las provocaron y al estudio exhaustivo de la pareja, única forma de mejorar el pronóstico reproductivo.
—¿Luego de que se ha originado un aborto espontáneo vuelve a aparecer de inmediato el ciclo menstrual normal?
—La aparición del ciclo menstrual debe aparecer aproximadamente alrededor de los 40 días, aunque en algunas pacientes se manifiesta más tardíamente.
—¿Cuánto debe esperarse para intentar otro embarazo?
—Primero tendríamos que precisar si se trata de un aborto espontáneo único o de una pérdida recurrente de la gestación, si fue una pérdida precoz o tardía, si tenemos identificada la posible causa que lo provocó, si se requiere de estudios específicos adicionales y del grado de afectación física y emocional de la paciente y la pareja. Después de la evaluación de todos estos factores, se recomienda esperar un año.
—¿Algún otro comentario?
—La mujer cubana en edad fértil cuenta con programas sanitarios confeccionados para lograr su bienestar y salud. El personal médico está preparado para la evaluación del riesgo reproductivo de cada paciente y son los llamados a minimizar o modificar los factores que pueden incidir en las pérdidas de los embarazos.
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