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15 dic 2014

Asesinato, o guerra, tienen el mismo significado.

La decisión de participar el Estado de España en la guerra de Iraq, no ha sido hecha por el Congreso de los Diputados. Ha sido hecha desoyendo las manifestaciones en contra del Pueblo de España. Y, tal decisión la tomó José María Aznar, siendo Jefe del Ejecutivo y, con él, la decisión ha sido con el apoyo de todos sus ministros, así como del Partido Popular.

La personalidad de Aznar dada a ser protagonista como querido de aquellos que él entendía que eran sus Señores, probablemente haya sido el motivo de su decisión. 

La guerra de Iraq ha resultado ser un fraude en sus razones. No todos los que le reprochan su decisión lo hacen por haber resultado que sus bases eran mentira y, por ello, engañados.

Cuando Nicolás Maduró, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, califica de asesino a José María Aznar, no falta a la verdad en el calificativo. Sin embargo, si la decisión de José María Aznar estuviera basada en un Mandato del Congreso de los Diputados, el calificativo de asesino no sería verdad ya que, en ese caso, el asesino sería el Estado del Reino de España y José María Aznar colaborador necesario.

Y, si el resultado de la guerra de Iraq hubiera sido exitosa y estuviera basada en verdad, el calificativo de asesino también hubiera sido acertado.

No hay razón en el asesinato, o muerte de una persona.
Si hay razón en el asesinato, o muerte de un individuo humano no persona.


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