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16 feb 2015

Fundación Alferez Real Don Gutierre Bernaldo de Quirós

Queda constituida fa Fundación Alferez Real Don GutierrezBernaldo de Quirós, intitulado II Conde de San Antolín de Sotiello, muerto el 14 de agosto de 1385 en el campo de batalla de San Jorge de Aljubarrota en defensa de su Rey Juan I y en defensa de la unidad de Castilla y Portugal.

En su memoria y de su noble actitud, así queda constituida la Fundación que llevará por nombre el suyo. Y, para que así se haga verdad su memoria, firman están constitución Augusto Díaz-Ordóñez García y Augusto Díaz-Ordóñez González.

En Asturias, 14 de febrero de 2015
En los últimos momentos del día 14 tomáronse cuesta arriba los valerosos caballeros castellanos, cegados por el ocaso que reflejaba su desdén en el metal de sus armaduras, las caballerías ya cansadas po el espeso aire que cargaba sobre el campo de Sn Jorge. Trabados los caballos en las pozas de lobo, los caballeros hicieron pié, partieron en dos sus lanzas y como único horizonte el pendón del buen rey Juan era bien izado por encima de sus hombros,  Don Gutierre llamaba a la unidad de Castilla y Portugal.

Pidió Don Gutierre, su alférez, a su buen rey Don Juan que tomara las riendas de su caballo y abandora el campo de batalla: ruégole Señor mi Rey tome en sus manos estas riendas mientras con mi vida, como le prometí aquel día, el pendón defenderé. Castilla será unida mientras viva. Su primo Lope al rey apeó de la mula a la que calzó tras dejar las andas donde postrado por las fiebres hacia frente a los portugueses del rey João bien llevados por su Condestable.

En aquel momento se produciría el choque cuerpo a cuerpo, en el que las lanzas quedaron totalmente descartadas y el combate se desarrolló, fundamentalmente, con las hachas y las espadas (E leixadas as lanças das maõs quue a hūs e a outros pouuco nojo fez... vierão as fachas e espadas darmas". Crónica de João I, t. II, p. 106). En pleno esfuerzo, la vanguardia castellana pudo avanzar, aproximándose hacia donde se encontraba el condestable, hasta que se produjo la intervención de las alas, en las que se integraban los jóvenes "Enamorados" portugueses. También el propio rey João I tuvo que acudir en auxilio del condestable y pelear como uno más, según F. Lopes. Y allí se decidió, definitivamente, el resultado de la batalla; los combatientes portugueses derribaron la bandera castellana, algunos caballeros comenzaron a huir y el propio Juan I, que se encontraba en unas andas cuando se inició el choque, pasó luego a una mula y, finalmente, lo montaron en un caballo y lo sacaron del campo de batalla ("Al rey, al comienzo de la batalla, como estaba flaco, leváronlo en unas andas caballeros e escuderos que eran ordenados para la guarda de su cuerpo; e des que vieron la batalla vuelta, pusiéronle en una mula; e ajando vieron que las gentes del rey seretraían... entonces pusieron al rey en un caballo, e sacáronle del campo", Crónicas, pp.  601-602). La huida del rey, la captura de la bandera castellana, la muerte de un número importante de capitanes, que dejó sin líderes a grandes grupos de combatientes, todo ello precipitó el final de la batalla con un éxito rotundo para los portugueses

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