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13 abr 2015
El Hospital Sant Pau, novelado.
Sant Pau, novelado.
El gran hospital modernista protagoniza dos libros, con sus historias de dolor, vida, alegría y muerte
La Vanguardia, Anna M. Gil
Portada del suplemento Cultura|s del sábado 11-04-15
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Una ciudad jardín, concebida según las últimas tendencias europeas en sanidad, higiene y urbanismo; un modelo humano, funcional y estético. Así imaginó Lluís Domènech i Montaner el hospital de la Santa Creu i Sant Pau (1902-1930), que fusionó la, hasta el momento, principal institución asistencial de Catalunya, situada en el Raval, en un vetusto edificio sin posibilidades de ampliación, con el nuevo centro propiciado por el mecenas Pau Gil, un banquero muerto en París sin herederos directos. Y esa ciudad que debía ocupar ocho manzanas del Eixample, con un edificio principal dedicado a la administración y 27 pabellones unidos por galerías subterráneas, con funcionamiento autónomo, ese espacio mítico, ahora se ha convertido en literatura: las construcciones, las calles, se llenan con personajes que surgen como una vegetación espontánea, que vuelven al lugar en que forjaron sus creencias, lealtades, ansiedades y afectos, para redescubrirse.
Tània Juste (Barcelona, 1972), licenciada en Historia, en su tercera novela (tras A flor de pell y Els anys robats) abarca todo el proceso de construcción y puesta en marcha del hospital, iniciado por Domènech padre y continuado por su hijo, que no acabó el proyecto original, paralizado por falta de medios y conflictos en la gestión. La narración empieza en 1892, cuando nace Lluís, el expósito que aprende con Eusebi Arnau y Pablo Gargallo el arte de la escultura, y llega hasta la entrada de las tropas franquistas en Barcelona, cuando los distintos personajes -la bella doctora Aurora, su padre, un altivo médico casado con la ahijada del doctor Robert, su taciturno hermano, su antigua criada y abnegada enfermera, y su marido, cirujano amigo del doctor Trueta- deben decidir si quedarse o exiliarse. Entre penas, fantasías, temores y frustraciones; jugando con la bondad y la maldad, las virtudes y los pecados, la vida y la muerte, se teje una red de circunstancias y desencuentros que se diversifica y amplía. El amor, al fin, vence las dificultades. Y, en este melodrama didáctico, los protagonistas se salvan. Como el recinto en el que ejercieron grandes nombres formados en la Santa Creu y jóvenes pioneros en la aplicación de nuevas terapias y en la investigación.
En el 2009, la actividad sanitaria se trasladó a un nuevo edificio y se inició la remodelación del conjunto histórico. Y ahí, en tiempos de recortes y crisis profesional y social, comienza la novela de Gisela Pou (Castellar del Vallès, 1959), licenciada en Ciencias Biológicas y máster en guión televisivo y cinematográfico (ha trabajado para TV3 y en la serie Isabel y dirige el laboratorio de creación de la SGAE), que ha puesto su experiencia narrativa al servicio de una historia tierna e idealista, que se mete en el enredo de las cosas para desmontarlas, y va abriendo tramas y descubriendo personajes para mostrarnos su singularidad entre la multitud anónima. Es el caso de la enfermera Cèlia, divorciada, con dos hijos y un amante médico; de la guapa e independiente periodista Nora, y de Martina, la lectora impenitente. Amigas de la infancia, separadas y después unidas por la desaparición y posterior regreso de la tercera de ellas, con amnesia, se mueven por esta ciudad jardín en que, como las de Calvino -aquí, un homenaje explícito-, el pasado condiciona el presente y cuyos ritmos vitales desvelan curiosidad y pasión; ciudad donde se cruzan culturas, trayectorias y destinos. La memoria conserva intactos los pabellones, las calles, los árboles de su adolescencia; pero ya no son lo que fueron, y no quieren renunciar a lo que se han convertido. La memoria que les ha llevado hacia atrás les ha puesto a mirar hacia delante.
Tània Juste
L'hospital dels pobres
COLUMNA. 333 PÁGINAS. 20 EUROS
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