Hacia una TEOLOGÍA DEL MATRIMONIO, según el Papa jubilado.
Ante los problemas, numerosos y candentes, que plantea hoy a la teología --como al derecho, a la medicina o a la sociología-- esa realidad humana que llamamos matrimonio, será bueno escuchar a un teólogo que intenta esbozar una visión sintética del matrimonio cristiano a partir de la escritura y de la fe. Es un primer paso, necesario antes de analizar cada problema concreto. Por otra parte, una profunda comprensión del matrimonio cristiano nos puede servir de paradigma para entender mejor lo que son o pueden ser los sacramentos en un mundo secular.
Zur Theologie der Ehe, Tübinger Theologische Quartalschrift, 149 (1969) 53-74 1
En la discusión de los peritos sobre el problema de la recta comprensión de la realidad del matrimonio, el representante de la teología sistemática preferiría escuchar a tener que hablar. Pero si tiene que aportar algo, podrá aprovechar precisamente su condición de no especialista e intentará preguntarse por la unidad de esa realidad tan polifacética que se ofrece a nuestra consideración.
Y es que el matrimonio, como el hombre, recibe precisamente su grandeza y su peso de esa unión e implicación de muchos y diversos planos. Naturalmente, la mirada al conjunto no apreciará adecuadamente los aspectos aislados, y por lo mismo lo que digamos del conjunto será insuficiente, será más una pregunta que una respuesta. En todo caso, el pensamiento vive de preguntas no menos que de respuestas. Valga esto como justificación del presente artículo.
LA "SACRAMENTALIDAD" DEL MATRIMONIO
Tesis primera: Según la concepción de la teología católica, el matrimonio es un sacramento.
La clásica definición de sacramento, según el catecismo, dice que es un signo externo instituido por Cristo y que significa y produce la gracia interna. Aplicada al matrimonio, la frase se queda corta y hasta resulta problemática. Ni Cristo ha instituido el matrimonio, ni le ha dado un signo externo.
Tampoco encontramos un sentido convincente del concepto de sacramento, aplicado al matrimonio, si nos atenemos a la representación demasiado mecánica de la gracia, según la cual los cónyuges, en virtud de la sacramentalidad del matrimonio, obtienen la correspondiente gracia de estado que los capacita para asemejarse al misterio de Cristo y la Iglesia, o al menos los conforta en las tareas propias de su estado.
Una respuesta teológica convincente sólo puede arrancar del depósito del NT.
La actitud de Jesús ante el matrimonio
Sin meternos en cada una de las complejas cuestiones exegéticas, podemos comprobar que, según el testimonio de los evangelios, la predicación de Jesús tiene también...
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