Leerse el comentario de la nota sobre las estrellas que precede a esta.
Recordar que no hay mayor éxito que el error. Es el ÉXITO, el hijo del ERROR.
En Ciencia, solo hay VERDAD cuando se tiene ERROR.
Los que sabéis y me conocéis, recordáis que siempre he deseado tener una hija o un hijo al que ponerle el nombre de Federica, o Federico. Ahora, si leéis este Diario podéis saber porqué tanta vehemencia con ese nombre.
A mis hijas les pusimos el nombre aparente de Alejandra y de Laura, y de Euclides y Woëhler el nombre latente. No quise implicarles en el error y, de alguna manera, retorcerle el pescuezo.
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