Antes de hacer unas notas sobre la historia de asilos, sanatorios y hospitales del pueblo Astur, os recomiendo leer la obra que sigue y de la cual hago extracto.
HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LOS HOSPITALES EN LAS DIFERENTES CULTURAS
Dr. Antonio L. Turnes
14 de setiembre, 2009
7. LOS HOSPITALES MUSULMANES
Los Musulmanes fueron casi tan celosos, si no lo fueron un poco más que los Cristianos, en el cuidado de los enfermos. En Bagdad, El Cairo, Damasco, Córdoba, y muchas otras ciudades bajo su control, ellos proveyeron amplias, y frecuentemente lujosas, instalaciones hospitalarias. Harún al-Rashid, el sofisticado y seductor califa de Bagdad (786-809), estuvo interesado en la salud de su pueblo. Él construyó un gran sistema de hospitales, pagando él mismo a los médicos. El cuidado médico en estos hospitales era gratuito. Alrededor de cuatro siglos más tarde, en 1160, un viajero judío informó que él había encontrado más de 60 dispensarios y enfermerías solamente en Bagdad, como mencionamos. El médico persa Rhazes, que vivió desde alrededor de 850 a 923 dC, fue muy calificado en cirugía. Él fue probablemente el primero en usar los intestinos de oveja para suturar [el moderno catgut], y todavía, más sorprendente, limpiaba las heridas con alcohol. Sus descripciones de la viruela y el sarampión son los primeros relatos racionales de estas enfermedades de las que se tiene registro.
Es digno de mención que la principal fuente de conocimiento médico de los médicos musulmanes fue la persecución cristiana de la secta de los Nestorianos. Nestorius, condujo por el desierto a sus seguidores luego de haber sido designado Patriarca de Constantinopla en 428, se dedicó al estudio de la Medicina. La escuela de Edessa, en Mesopotamia, con sus dos grandes hospitales, eventualmente estuvo bajo el control de estos herejes Nestorianos. Hicieron de ella una destacable institución de enseñanza. Expulsados en 489 por el obispo ortodoxo Cyrus, ellos se dirigieron a Persia, estableciendo la famosa escuela en Gundishapur (Gondisapor), que es considerada como el verdadero punto de arranque de la medicina Musulmana.
La medicina musulmana floreció hasta el siglo XV. Los médicos musulmanes estaban familiarizados con las posibilidades de la anestesia de inhalación. Ellos instituyeron precauciones contra la adulteración de drogas y originaron un vasto número de drogas nuevas. En efecto, su química sobrevivió la decadencia de su medicina. Es digno de mencionar que los países musulmanes tenían asilos para los alienados mil años antes que tales instituciones aparecieran en Europa. El pueblo del Islam hizo un brillante inicio en medicina, pero la gran promesa que brilló en sus tempranos trabajos en las artes médicas y en hospitalización nunca fue cumplida. Guerras, política, superstición y una filosofía no progresista frenó el crecimiento de un sistema que, sin embargo, tenía alguna influencia sobre el desarrollo del hospital.
El más grande y mejor dotado de los hospitales musulmanes fue el fundado en Damasco en 1160 y el del Cairo en 1276. En el hospital de Damasco se administró el tratamiento y se proporcionaron los medicamentos gratuitamente durante tres siglos. Para el año de 1427 se decía que los fuegos de ese hospital nunca habían sido apagados desde que se fundó. El gran hospital de Al Mansur en el Cairo (1283) era una enorme estructura cuadrangular con fuentes en los cuatro patios, salas separadas para las enfermedades más importantes, salas para mujeres convalecientes, cuartos de conferencias, una extensa biblioteca, clínicas externas, cocina de dietas, un asilo de huérfanos, y una capilla. Empleaba enfermeros de los dos sexos, y tenía ingresos aproximadamente de la equivalencia de 100.000 dólares [de 1929], y desembolsaba una cantidad apropiada a cada convaleciente al salir del hospital, de manera que no tuviera que ponerse a trabajar de inmediato. Los pacientes eran alimentados con una dieta rica y atractiva, y los insomnes eran tratados con música suave, o como en las Mil y Una Noches, por personas hábiles para relatar cuentos. Fueron también numerosos los hospitales en el Califato de Córdoba [Península Ibérica], si bien no eran de la magnitud de los del Califato de Bagdad.
Este último era notable principalmente por sus dispensarios oftalmológicos y por sus asilos de dementes.
Los árabes se encontraban a mucha distancia de sus contemporáneos europeos en el tratamiento bondadoso de los dementes.
La instrucción médica se proporcionaba ya en los grandes hospitales de Bagdad, Damasco y el Cairo, o como un curso especial en las academias que existían en todas las ciudades. De ellos, la Sala de la Sabiduría del Cairo era la más famosa. Los cursos principales eran de medicina clínica, farmacología y terapéutica. La anatomía y la cirugía eran descuidadas, pero en cambio la química era tenida en alta estima. La medicina árabe de hecho fue madre de la alquimia, cuyo fundador fue Jabu o Geber (702-765), descubridor del ácido nítrico y del agua regia, que describió la destilación, la filtración, la sublimación, el baño maría y otras operaciones esenciales de los procedimientos químicos.
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