EE UU admite que la actual estrategia es insuficiente contra el yihadismo
Ministros de 59 países pactan medidas que trascienden los ataques aéreos
La alianza de 59 países que tratan de derrocar al llamado Estado Islámico (EI) se dispone a dar un paso adelante. Tres meses después de constituirla, el país que lidera esa coalición, Estados Unidos, constata que los bombardeos lanzados sobre bastiones del grupo extremista no son suficientes. "Ya hemos hecho progresos significativos, pero queda más trabajo por hacer. Somos mucho más que una coalición militar, y no tendremos éxito si sólo tomamos medidas militares", explicó el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, al término del primer encuentro que reunió en Bruselas a 59 países de todos los puntos del mapa coaligados contra el EI.
El jefe de la diplomacia estadounidense aludía a otros modos de luchar contra los integristassuníes que han ido ganando espacio en Irak y Siria y desestabilizado más la ya convulsa región. Los ministros de Exteriores de esos Estados acordaron varias líneas: cortarles el acceso a la financiación, luchar contra los llamados combatientes extranjeros que viajan desde otros países para enrolarse en los conflictos que viven Siria e Irak, contrarrestar la propaganda extremista y apoyar las operaciones militares en la zona. Hasta hoy la coalición ha lanzado 1.000 ataques aéreos, según Kerry.
Este último aspecto es el que plantea las mayores dificultades a la coalición, reunida en la sede de la OTAN pero sin el respaldo formal de esta organización (aunque su secretario general, Jens Stoltenberg, intervino en el acto). Varios países plantearon la necesidad de poner tropas sobre el terreno para combatir de manera eficaz al EI. Lo expuso con claridad el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo: "No hay la menor duda de que esto requiere botas sobre el terreno. El bombardeo aéreo no va a acabar el conflicto. Sin tropa no habrá solución".
La clave reside en la nacionalidad de esas botas. Margallo aclaró que ningún país había comprometido tropas, y que el objetivo es que las fuerzas terrestres sean iraquíes y kurdas. Fuentes estadounidenses admiten la insuficiencia de las campañas aéreas, aunque prefieren hablar de un apoyo mucho menos visible a esa guerra, con inteligencia y coordinación como principales baluartes. Ni Washington ni la Unión Europea quieren trasladar a sus opiniones públicas el mensaje de que puede haber soldados occidentales en el avispero de Irak y Siria.
Otro punto conflictivo en la coalición contra Daesh —denominación árabe del Estado Islámico, utilizada recurrentemente por Kerry— reside en el papel que se otorga al régimen del líder sirio, Bachar el Asad, que en una entrevista ayer con Paris Match aseguró que los bombardeos aliados están siendo irrelevantes. "No se termina con el terrorismo con ataques aéreos. Son indispensables fuerzas terrestres que conozcan el terreno", dijo.
Algún país planteó que, más allá de pactar con las corrientes moderadas de la oposición siria, se haga también un acercamiento al ala más suave de los partidarios de Asad, cuya crueldad dio origen a la guerra siria que finalmente ha derivado en el auge del integrismo suní que representa el Estado Islámico. Se trató de un punto de vista "no excesivamente compartido", en palabras de Margallo, indicativo, en todo caso, de las contradicciones a las que se enfrenta esta coalición, cuyo germen surgió en la cumbre que la OTAN celebró a principios de septiembre en Gales (y de nuevo sin el respaldo de la Alianza).
Junto a esas divergencias, el terror al EI provoca coincidencias impensables hace unos meses. El portavoz del Pentágono, John Kirby, confirmó ayer por primera vez que Irán, partidario de El Asad, ha bombardeado recientemente posiciones del EI en el Este de Irak. Teherán lo negó inmediatamente. Sin querer entrar en controversias, Kerry rehusó corroborar ese bombardeo, pero matizó: "Si Irán se enfrenta al Estado Islámico, eso es positivo, pero no habrá ningún tipo de coordinación con Estados Unidos".
Sin nuevos objetivos militares comprometidos, los 59 países, más la UE, que firmaron el documento de conclusiones se limitaron a resaltar "el compromiso para trabajar juntos bajo una estrategia común, polifacética y de largo plazo". Los ministros —en el caso de Irak, el país más afectado por la ofensiva del EI, acudió su primer ministro, Haider Al Abadi— acordaron intensificar su participación en este foro y advirtieron de que la lucha llevará tiempo. Para dar un respaldo político a esta estrategia, se reunirán "tantas veces como sea necesario", al menos una vez al semestre.
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