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14 ene 2014

Artrodesis lumbar

Cuando uno lee en la web de la Sociedad Española de Neurocirugía que la artrodesis lumbar tiene una indicación muy limitada en la cirugía de la hernia discal, se pregunta cómo es que, sin embargo, esta es tan habitual en España y tan discrepante con el resto de los Estados de la Unión Europea.

Cabe, cuanto menos, preguntarse ¿porqué tal discrepancia?

Hace unos años tomaba las cifras de artrodesis lumbar siguientes:

Reino Unido:
1500 artrodesis lumbares en el año para una población de 80 millones.

España:
25000 artrodesis lumbares en el año, para una población de 40 millones.

Con estas cifras, no cabe ya sólo el porqué, pues la causa es obvia.







Texto tomado de web de traumatología.

ARTRODESIS LUMBAR


La Artrodesis Lumbosacra es un tratamiento quirúrgico indicado en padecimientos incapacitantes severos de la columna lumbosacra como consecuencia de patologías graves que afectan a la estabilidad de los segmentos vertebrales (espondilolistesis, escoliosis, anomalías de transición) o que generan compromiso neurológico por compresión de los nervios raquídeos (estenosis de canal, secuelas de hernias discales).
En la mayoría de los casos se trata de patologías discales (hernias) o degenerativas (estenosis de canal lumbar) que no han respondido satisfactoriamente a múltiples tratamientos sea conservadores, rehabilitadores o quirúrgicos menos agresivos, en las que se hace necesario fijar-artrodesar diferentes segmentos vertebrales con el fin de corregir alineaciones anormales y estabilizar-suprimir el movimiento intervertebral en esos segmentos patológicos.


Las indicaciones más habituales son las siguientes:
- Fracaso de tratamientos previos de hernia discal lumbar mediante técnicas percutaneas (ozonoterapia, DiscoGel, nucleoplastia) o microdiscectomía.
- Inestabilidades vertebrales, sea en pacientes jóvenes con espondilolistesis L5-S1 o en pacientes mayores con espondilolistesis degenerativa L3-L4-L5-S1. Estenosis de canal lumbar en las que sea preciso asociar una laminectomía descompresiva amplia, y que por lo tanto no haya lugar a efectuar menor cirugía del tipo espaciador interespinoso.

El advenimiento ya en los 60 de la denominada “instrumentación transpedicular”, es decir la unión intervertebral mediante tornillos y barras de los pedículos vertebrales, supuso un adelanto técnico muy importante de cara a conseguir la fijación intervertebral. Se garantiza así la estabilidad suficiente como para que se produzca la el fin último que es la consolidación de la artrodesis, es decir la fusión biológica de los injertos óseos colocados entre las vértebras a nivel posterolateral (entre las apófisis transversa y articulares).

Es necesaria una técnica correcta del atornillado pedicular para no correr el riesgo de producir lesiones radiculares o la pérdida de fijación en el caso de inserciones erroneas por mala dirección o fracturas del pedículo. Así mismo conviene efectuar un TAC de control postoperatorio para verificar la correcta situación de los implantes.

La evolución postoperatoria es larga, no inferior a los 6 meses, y el paciente porta habitualmente un corsé rígido lumbosacro durante los 3 primeros meses, hasta tanto no se observe consolidación progresiva de los injertos óseos en los sucesivos controles Rx.

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