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23 ene 2014

El placer de la Investigación

El placer de la Investigación es, probablemente, la más evolucionada función de la Amígdala.

Un ejemplo para sentir el placer de hacer Aparente el Subciclo Latente del Hiperciclo Vida Humana. La piel, la propiedad primera, o identificativo del Individuo Humano de la Subespecie Cognoscente.

SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
SERIE DE TRABAJOS VARIOS
Núm. 106

ASPECTOS DEL MUNDO RURAL ROMANO EN EL TERRITORIO COMPRENDIDO ENTRE LOS RÍOS TURIA Y PALANCIA

Por
RAFAEL PÉREZ MÍNGUEZ

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I. INTRODUCCIÓN: EL MARCO HISTORIOGRÁFICO Y GEOGRÁFICO

I.1. HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA




Es bien sabido que la Arqueología, como “la ciencia que estudia todos los vestigios materiales dejados por el hombre, con el objeto de proporcionar al historiador una serie de conocimientos que completen los obtenidos a través de los documentos escritos o que susti- tuyan a éstos en cuando no existan” (Pla, 1972b, p. 289), remonta sus orígenes al Renacimiento, en relación con el interés que suscitó por entonces la Antigüedad Clásica, con el estudio de sus monu- mentos y demás restos materiales. Este interés se reflejó, tanto en el conjunto de Europa, como particularmente en España, a través del coleccionismo, con la formación de los primeros gabinetes de anti- güedades o de medallas y monedas. En la Comunidad Valenciana podemos destacar como hitos principales el tratado de numismática y epigrafía escrito por el erasmista valenciano Juan Andrés Strany en el siglo XVI, que desgraciadamente se ha perdido (Pla, 1980b, s/p), o el gabinete de monedas fundado en Segorbe por el Obispo J. Bautista Pérez, del que, según Almarche (1918, p. 5): “Sus manus- critos y trabajos de erudición se conservan actualmente en el archivo del Cabildo Segobricense; del monetario solamente tenemos la noticia de Posada, que dice: ‘Juntó monedas que se conservaron hasta después de mediados del siglo XVIII, en que desaparecieron de Segorbe, donde se sospecha que el deán Musoles las tomó para regalárselas al Excmo. Sr. Conde de Campomanes...’”. Otro ejem- plo de este interés por la antigüedad clásica son los distintos reper- torios de inscripciones romanas que ahora se producen, como en la obra de Llansol de Romaní Colectánea de las piedras y ríos de España. Autor fallecido en 1569, que recorrió toda la Península Ibérica copiando inscripciones romanas, recogidas posteriormente por Diago y por Escolano, entre otros autores (Robles, 1975, p. 237).
En este siglo XVI destaca el historiador, teólogo y primer cro- nista del Reino de Valencia, Pere Antoni Beuter, nacido entre 1490 y 1495, y fallecido en el año 1554 ó 1555. En 1538 publicó la Crò-
nica. Primera part de la Història de Valencia, que tracta de les an- tiquitats de Espanya y fundació de Valencia, ab tot lo discurs fins al temps que lo Inclit Rey Don Jaume Primer la conquistá, que apare- cería en castellano en 1546 y en italiano en 1556. Esta obra es el compendio de todos los conocimientos históricos que se tenían por aquellos tiempos sobre las tierras valencianas, basándose en los es- critos de los autores clásicos (Estrabón, Ptolomeo, Pomponio Mela, Plutarco, Polibio, Plinio, etc.) y en los trabajos de eruditos más modernos, como Antonio de Nebrija, San Isidoro de Sevilla, Jiménez de Rada, El Volaterrano, El Tostado, etc. Beuter incorpora, además, sus propias lecturas y deducciones a partir de las inscripciones romanas, “que leyó bastante mal y las interpretó peor” (Pla, 1980b, s/p). Como es habitual en los textos de la época, este autor fecha los acontecimientos a partir del diluvio, que habría ocurrido el año 1656 antes del nacimiento de Cristo después de la Creación: “Los hebraics diuen que de la creació del món fins al diluvi passaren mil siscents i cinquanta-isis anys”. De sus observaciones podemos destacar que tuvo gran intuición al interpretar los restos aparecidos en Fuentes, cerca de Cariñena, como prehistóricos (Pla, 1962, p. 63) y, con respecto a los monumentos que aquí nos interesan, su afirmación de que las aguas del acueducto de la Peña Cortada llegaban hasta la población de Sagunto: “Portaren ab artificis espantosos les aigües veïnes, barrinant les penyes i fent arcs en los barrancs per distància de moltes llegües, segons se mostra fins a hui en los arcs prop de Xelva, vescomtat dels Lladrons, ab què portaven l’aigua de allí fins a Sagunto o Morvedre” (Beuter, 1982, p. 57, 65, 98).
También podemos destacar en esta época otras obras que atien- den a temas de la antigüedad, como la de Rafael Martín de Viciana, nacido en 1502 en Burriana, de cuyo Libro Primero de la Crónica de la ínclita y coronada ciudad de Valencia y de su Reino, impreso en Valencia en 1564, aunque no ha quedado ningún ejemplar del mismo, nos dice Ximeno que “descrive (sic) en el topográficamente nuestra Ciudad de Valencia; señala su fundador, y primer nombre” (Sánchez González, 2003, p. 43).
En 1560 nace Gaspar Escolano, apareciendo entre 1610-11 su ...

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