El peso de la responsabilidad
(Blum, Camus, Aron y el Siglo XX Francés)
Tony Judt
Taurus Historia, 2014
En su
Introducción
El juicio erróneo de París.
Comienza anotando lo que sigue:
"La historia no está escrita como ha sido experimentada, ni debiera estarlo. Los que habitaron el pasado saben mejor que nosotros cómo era vivir en él, pero no estaban bien situados, la mayoría de ellos, para comprender qué les estaba pasando y por qué. Cualquier imperfecta explicación que podamos ofrecer de lo que tuvo lugar antes de nuestro tiempo depende de las ventajas de la retrospectiva, incluso aunque esta sea en sí misma u obstáculo insuperable para una completa empatía con la historia que estamos tratando de comprender. Cada forma de los acontecimientos pasados depende de una perspectiva tomada en el lugar y en el tiempo; todas ellas son verdades parciales, aunque algunas adquieran una credibilidad más duradera.
Esto lo sabemos intuitativamente porque describe bien el proteico perfil de nuestras propias vidas. Pero desde el momento en que reconocemos que también es la verdad para otros, y que su versión de nuestra vida también es parcialmente plausible, estamos obligados a conceder que puede haber una infinidad de posibles explicaciones para múltiples pasados individuales que se cruzan y se superponen. Por conveniencia social y psicológica vivimos con una reconocida versión común de la trayectoria de vidas individuales: de la nuestra y de la de nuestros amigos, colegas y conocidos. Pero este mínimo común denominador de identidad funciona en gran medida porque casi nunca tenemos una buena razón para cuestionar la narrativa que nos hemos asignado a nosotros o a los demás. Excepto en los momentos de una inicial crisis no emprendemos un cuestionamiento intrusivo experimental de nuestra relación actual con la persona que una vez fuimos; y, para la mayoría de nosotros, tales esfuerzos por desempaquetar la naturaleza y el significado de nuestros pasados requieren una parte muy pequeña de nuestras horas de vigilia. Es más fácil, y más seguro seguir adelante como si esos asuntos estuvieran decididos de antemano. E incluso si hemos elegido preguntar; incesante y enfermizamente, quienes éramos y quienes somos y como llegamos a ser de esa manera y qué deberíamos hacer a la luz de las conclusiones que alcancemos de semejante autoinvestigación, nada cambiaría mucho en nuestra relación con la mayoría de las demás personas, cuyos mundos continuarán básicamente inafectados por tan narcisistas cavilaciones por nuestra parte".
El p
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