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3 jul 2015

La mentira crece en el jardín del ignorante.

Por eso Dios expulsó a Adán del Jardín donde daba frutos el árbol del Conocimiento. O, mas bien, Adán abandonó el Jardín de Dios al conocer que él Amo no era su Padre.

Miguel Ángel nos representa a Adán marchando del Paraíso donde la maldad de Dios crecía como la mala hierba lo hace entre nuestros patatales en estos primeros días del Verano, en los días de mayor  Lugh, o presencia.

La mentira es la herramienta más utilizada en la acción política en aquellos países en los cuales la educación tiende a ser nula, ya que tiene el fin de engañar a los Individuos que constituyen una estructura poblacional, o de nula capacidad para comunicarse mediante la palabra. Los individuos de una población humana no tienen capacidad para "procesar" los mensajes que reciben; son receptores "pasivos" y, por ello, no tienen "opinión" sino "creencias" tomadas del emisor. El emisor es el individuo que rige "sus vidas" y les habla desde el púlpito mientras ellos miran al suelo en recuerdo a su origen reptante, o servil. Dicen: "las cosas son como vos decíis Señor. así sea. Amen, o y no hay mas que hacer, resignarse en nuestro sufrimiento en espera de que vos, mi señor, os dignéis premiar a vuestro servidor con la gracia de los despojos de vuestra comida para así limpiaros de vuestras inmundicias.


El paro baja en junio en 94.727 personas

La afiliación a la Seguridad Social crece en 35.085 empleados y supera el nivel de cotizantes con el que Rajoy llegó al Gobierno


El País, Manuel V. Gómez, 03-07-15




Análisis del paro. El desempleo baja en junio en 94.727 personas
Tres años y medio después, la cifra de cotizantes ha vuelto al nivel del comienzo de legislatura. La Seguridad Social contó en junio 35.085 afiliados más que el mes anterior, hasta sumar 17.256.395, según el Ministerio de Empleo. Supera así el número de cotizantes de diciembre de 2011, cuando el PP llegó al poder, aunque con un empleo más precario que entonces. Esta evolución se debe a la inercia de meses anteriores porque los datos de junio de afiliación y paro registrado, 94.700 desempleados menos, empeoran los de 2014. Y el resto de indicadores apuntan a que la mejora laboral se frenó el mes pasado.

En junio se ha creado empleo, aunque menos de lo esperado. Han sido 35.085 afiliados más en un mes, 21.000 menos que en el mismo mes del año anterior. Pero han sido suficientes, tras seis meses consecutivos al alza, para elevar el nivel de cotizantes un poco por encima del que encontró Mariano Rajoy cuando llegó a La Moncloa. Entonces había 17.229.900, en junio de este año la media ha sido 17.256.395.
Esto es la foto de junio, uno de los puntos álgidos del estacional mercado laboral español en su temporada alta. Lo más probable es que en diciembre haya menos afiliados a la Seguridad Social, porque una vez pasa el verano se suele destruir empleo. Así que lo más probable es que la comparación entre meses iguales siga favoreciendo a la foto fija de 2011.
Otro punto a tener en cuenta es la diferente composición del empleo. En esta crisis, el mercado laboral comenzó a recuperarse en esta crisis con un crecimiento menor que en ocasiones anteriores. Lo hizo con apenas un 1% de crecimiento de la economía frente al 2% de otras ocasiones. Pero eso tiene un coste: precariedad.
Entre los datos que ha divulgado la Seguridad Social están los afiliados por tipo de contratos y en ellos se aprecia mayor peso específico del empleo de mala calidad que en 2011. Dos comparaciones sirven para apuntalar esta afirmación: en diciembre de 2011 había casi siete millones de trabajadores que tenían un empleo fijo a jornada completa; el mes pasado eran 6,2 millones. La segunda es la tasa de temporalidad y parcialidad agregada, teniendo en cuenta que hay contratos temporales a media jornada que no pueden contarse dos veces. A comienzos de legislatura esa tasa era del 36,2%, en junio ascendía al 39,4%.
Del ligero e inesperado enfriamiento del mercado laboral en junio, hablan las variaciones anuales de la afiliación y el paro registrado, el 3,4% y el 7,4%, respectivamente. En ambos casos las cifras son ligeramente menores que las de mayo. Lo mismo se aprecia en las cifras desestacionalizadas, que en sendas estadísticas fueron negativas.
Esto se debe a diversos factores. El Instituto Flores de Lemus de análisis económico, dependiente de la Universidad Carlos III, apunta a un incremento menor de lo esperado en la construcción y de los contratos temporales. A esto hay que añadir un cierto efecto de vasos comunicantes entre lo que sucede en mayo y en junio que suele ser habitual. Esto consiste en que si mayo es un muy buen mes, como ha sido el caso en 2015, es porque se adelantan decisiones de contratación por parte de los empresarios y, por tanto, en junio el volumen de contrataciones es menor.
Por ramas de actividad, el aumento de la afiliación en junio se debe, sobre todo, a la hostelería, el comercio, la sanidad y la industria. En los dos primeros casos, los aumentos de personal en las empresas están relacionados con el turismo; en los dos segundos, se debe al efecto de las sustituciones de plantilla propias de las vacaciones de verano en las empresas y las administraciones públicas.
En cambio, el cierre de las aulas en verano es el que sirve para explicar la caída de afiliación en la educación, más de 46.000 personas. La evolución del número de cotizantes también muestra que tras las elecciones municipales y autonómicas las administraciones han aflojado el ritmo de contratación, pues el mes pasado se redujo en casi 20.000 personas el número de personas empleadas en el sector público.

Menos protección y menos fondos en desempleo

Cuanto más tiempo pasa, peor es la protección de los parados frente al desempleo. En mayo, último mes con datos disponibles, la tasa de cobertura que elabora el Ministerio de Empleo cayó al 54,5%, cinco décimas menos que en el mes anterior. Además, esta tasa es superior a la que se extrae de la encuesta de población activa que elabora el Instituto Nacional de Estadística, en la que se detecta que durante el primer trimestre solo el 29,4% de parados cobra prestación o subsido. 
Este descenso prosigue con la evolución comenzada en enero de 2010, cuando la protección del seguro de desempleo llegó al máximo, el 80,9%. Desde entonces, con algún altibajo, la tendencia ha sido a la baja.
La caída ha corrido en paralelo a la evolución del gasto en prestaciones y subsidios, que en febrero de 2013 comenzó a descender. Desde entonces, la pendiente se ha ido acentuando y ya encadena 20 meses con un porcentaje de reducción anual de gasto superior a los dos dígitos. El último ha sido el del pasado mayo, cuando el desplome fue del 18,9%.
El deterioro del seguro de desempleo no se ha detenido ni con la última ayuda puesta en marcha por el Ministerio de Empleo tras alcanzar un acuerdo con sindicatos y empresario. Según los datos divulgados por Empleo, en mayor solo 49.383 parados cobraban esta nueva ayuda, lo que supuso un gasto de apenas un poco más de 20 millones.

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