Solo las personas se descarrían, o quedan perplejos, al hacerse una pregunta.
Cuando escuchas a quien dice estar describiendo lo que tú estás viendo puede que te quedes perplejo... Si no te quedas perplejo viendo los denominados "encierros de San Fermín", no tienes problema; no debes acudir a médico alguno. Probablemente el médico tenga en su oficina de despacho un cartel que rece -es necesario- eso de: Médico en encierro, tras el cabestro escoba.
Recuerdo a Matías Prats describiendo la biografía del delantero mientras se veía entrar el balón en la portería acompañado de la algarabía del "respetable" -todo individuo presente menos el árbitro y su familia. Este es el motivo que en los toros se diga respetable -no hay árbitro, sino autoridad competente- y en el fútbol público -hay árbitro. Mucho se ha perdido, ¡coño!.
Cuando un médico no se descarría al ver la imagen del respetable espetado por la artrodesis, es porque no hay árbitro, sino autoridad competente presenciando la corrida.
El médico no descarriado refiere que la artrodesis está en su sitio mientras mira la imagen negativa, o hace una negativa-escopia.
Desde los años setenta a hoy se van insertando artrodesis, fijaciones, o tornillos en las columnas no fracturadas sino insuficientes en sus músculos. Porque aún hay lidiadores que piensan que hay que pinchar en hueso y no en blando, se siguen inmovilizando fracturas inexistentes.
No es broma el que en estos más de cincuenta años no se tenga un solo estudio sobre indicaciones y resultados de las artrodesis lumbares. Y, en general, sobre aquellos procedimientos que implican el consumible.
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