Aljubarrota vista por los Castellanos
José Luis Martín Martín
Pág 36
El conflicto luso había ido generando situaciones que creaban a Juan I muchos problemas de conciencia: ¿que debían hacer sus tutores con el infante Juan I de Portugal, encarcelado sin ser culpable, sólo para evitar que estorbase los derechos al trono de Beatriz; o, ¿como tratar el futuro de su suegra y el de los restantes personajes ligados al litigio sobre el trono del país vecino? En todos estos casos el monarca traspasa la responsabilidad a sus albaceas, que deberían tomar una decisión juntamente con los tutores del nuevo rey.
El testamento hace referencia, en fin, a otra personalidad muy relacionada con toda esta historia. Pero López de Ayala, el cronista, que era en esos momentos alférez real y tenía el pendón de la banda. Es voluntad real que este personaje, protagonista por su cargo militar, así como todos los oficiales de su casa, continuarán al servicio del nuevo rey, en el mismo puesto que ejercían con el padre, para a asegurarse el funcionamiento correcto de la Corte. Todos estos problemas absorbían las escasas energías del monarca castellano cuando apenas faltaban tres semanas para la batalla definitiva.
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