Farmacia y venta ilegal de fármacos.

Fraude en la botica

Un centenar de farmacias están involucradas en la venta ilegal de medicamentos

El País 24 Octubre 2014

MARCOS BALFAGÓN

Un centenar de farmacias de toda España están involucradas en distintas tramas dedicadas a la venta ilegal de medicamentos especialmente sensibles —y caros—, como son los utilizados contra el cáncer, el parkinson y la epilepsia, además de los inmunosupresores, destinados a evitar el rechazo de órganos trasplantados.

La forma de actuación de estas organizaciones era sencilla y generaba suculentas ganancias. Los boticarios sacaban del circuito legal fármacos de precio regulado para venderlos a empresas que los distribuían en otros países (Reino Unido, Holanda, Alemania...), donde se comercializan a una tarifa muy superior. Esta enmascarada exportación podía llegar a multiplicar por tres los beneficios. El único coste extra consistía en el reetiquetado y la traducción del prospecto para adecuarlo al idioma de destino. El transporte se realizaba a menudo a través de empresas de paquetería, con lo que es fácil pensar que las condiciones de conservación de los envases no eran las más adecuadas.

Además de ser fraudulenta, esta práctica desabastecía las farmacias y dejaba a los pacientes que acudían con sus recetas de la sanidad pública sin la posibilidad de adquirir las medicinas. En algunos casos la situación llegó a ser tan crítica que la Administración se vio forzada a importar fármacos pese a que de los laboratorios salían dosis suficientes como para atender las necesidades.

Estas redes de tráfico ilegal de medicamentos blanquean capitales y cometen delitos contra la salud pública y la Hacienda pública. Aunque a la vista del alcance que han tomado las exportaciones clandestinas también el desabastecimiento del mercado nacional debería estar duramente sancionado por el daño que causa a los contribuyentes.

Las políticas de austeridad de los últimos años han llevado a extremar el control del gasto farmacéutico y en algunas comunidades se han arbitrado fórmulas como el copago. Los pacientes han cumplido su parte. Ahora le toca a las Administraciones garantizar que cuando se necesite un medicamento este se encontrará en la farmacia.