Ayer mantuve una conversación, sosegada por mi parte, con un encendido defensor de la Mezquita de Córdoba, como consecuencia de no nombrarla catedral. Le referí su relación con lo acaecido en la Edad Media. Le recomendé leyera aquello que "pego" a continuación.
Catedral de Toledo
La sede primada
Iniciada en el año 1226, la Catedral de Santa María es el edificio más representativo de Toledo. Conforma, junto con las catedrales de Burgos y León, la trilogía de catedrales del gótico clásico de la Corona de Castilla derivadas de la arquitectura del norte de Francia del siglo XIII.
Historia de la Catedral de Santa María
El espacio sobre el que se levanta la actual catedral ha sido tradicionalmente el centro religioso de la ciudad. En el siglo IV, el arzobispo Melancio alzó en este lugar, alrededor del pilar donde según la tradición descendió la Virgen para imponer la casulla a San Ildefonso, un templo en honor de Santa María. En el año 587 -siendo Toledo capital eclesiástica y administrativa del reino visigodo- el templo fue consagrado. En tiempos de los musulmanes se empleó como Mezquita Mayor de la ciudad.
En el 1085 Toledo se entregó sin lucha al rey Alfonso VI; en las capitulaciones el Monarca se comprometió a conservar los edificios de culto y las creencias de los conquistados lo que suponía garantizar el funcionamiento de Ula Camii (la Gran Mezquita). Pero el 25 de octubre de 1087 -aprovechando la ausencia del monarca y de acuerdo con la reina Constanza- el nuevo arzobispo de Toledo (Bernard de Sedirac) tomó por la fuerza la mezquita, instaló un altar provisional en la nave y una campana en el alminar. Enterado el Rey montó en cólera y se dispuso a tomar drásticas medidas contra los responsables; fue entonces cuando se produjo lo inesperado: el jurista musulmán Abu Walid intercedió para salvar la vida de los responsables, dando por válida la usurpación. En el siglo XV el cabildo catedralicio homenajeó a Walid, colocando una estatua con su efigie. Así la mezquita se transformó, casi sin cambios, en la Catedral de Santa María.
Puerta del Perdón
Para conmemorar la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), Alfonso VIII y su consejero el Arzobispo Ximénez de Rada deciden crear una catedral al estilo de las que ya se estaban levantando en Burgos yLeón. La muerte del Monarca dos años después acabó por un tiempo con los planes del arzobispo, que no paró hasta conseguir que Fernando III el Santo le ayudara en tal propósito. La bula concedida en 1222 por el Papa Honorio III para la obtención de recursos es el punto de partida para la construcción del nuevo templo, cuya ceremonia oficial de colocación de la primera piedra tuvo lugar cuatro años después. Inició las obras el maestro Martín, al que más tarde sustituyó Petrus Petri, levantándose entonces la girola o deambulatorio. Durante el siglo XIV se edifican las naves, la fachada principal, la base de la torre y el claustro; en 1493, con el cierre de las últimas bóvedas, se dan por finalizadas las obras.
Qué ver en la Catedral de Santa María
La Catedral de Santa María es un edificio de estilo gótico con clara influencia francesa. Tiene unas dimensiones de 120 metros de largo por 59 de ancho y un total de 88 columnas sostienen una techumbre formada por 72 bóvedas. Su exterior presenta unas características que la hacen única en su género. A diferencia del resto de construcciones religiosas de la época, la Catedral de Toledo muestra una sola torre, levantada entre los siglos XIV y XV y donde se alberga la conocida Campana Gorda, de 17 toneladas de peso.
Debería tener dicha torre una compañera idéntica, pero en su lugar se alza un cuerpo cuadrado coronado con una cúpula realizada por el pintor y arquitecto Jorge Manuel Theotocópuli, hijo de El Greco. En su interior está la Capilla Mozárabe, construida por Enrique Egas a instancias del cardenal Cisneros, quien pretendía mantener el rito hispano-mozárabe que hoy se sigue celebrando. De ella destacan los frescos de Juan de Borgoña representando la conquista de Orán (1514) y la reja gótica que da paso al interior de la capilla, obra de Juan Francés.
Entre ambas torres, la fachada principal con sus tres puertas: la del Perdón es la central y sólo se abre en las grandes ocasiones; la del Juicio Final, que está a la derecha y es la más antigua; y la del Infierno. Sobre estas tres puertas, el rosetón típico del gótico aparece cortado en su mitad inferior por una representación de la Santa Cena.
La Puerta del Reloj ocupa la fachada norte de la catedral. Construida en el siglo XIII, su tímpano ofrece escenas de la infancia de Jesús y de la vida pública de Cristo, temas raramente tratados en la iconografía medieval. En la fachada sur se halla la Puerta de los Leones, llamada así por los animales que coronan las columnas de la reja exterior. Fue edificada a finales del siglo XV por los mejores arquitectos del momento, como Hanequin de Bruselas, Egas Cueman o Juan Alemán y en ella sobresalen las figuras de los Apóstoles y la Virgen del parteluz. Muy próxima a ésta, la Puerta Llana, añadida en 1800 bajo la dirección del arquitecto Ignacio Haan y así denominada por carecer de escalones.
Ya en el interior, el centro del templo está ocupado por la Capilla Mayor, conjunto de gran belleza y valor artístico. Separado del público por una reja de Villalpando, se alza el retablo mayor, de estilo gótico florido y considerado una de las joyas del arte universal. Fue encargado por el cardenal Cisneros y en su fábrica, llevada a cabo entre 1497 y 1504, intervinieron artistas de la talla de Enrique Egas, Pedro Gumiel, Francisco de Amberes, Sebastián de Almonacid o Petit Juan. Sobresale también el sepulcro renacentista del cardenal Mendoza y los sepulcros reales de Sancho IV y María de Molina y los de Alfonso VII y doña Berenguela, realizados principalmente por Copín de Holanda. Debajo del Altar Mayor está la Capilla del Sepulcro, que guarda tres altares con pinturas de Luis Medina y Francisco Ricci.
Justo enfrente de la Capilla Mayor y separado de ésta por el crucero, el coro interior, custodiado por una reja del maestro Domingo de Céspedes. Conviene fijarse en la sillería baja, compuesta por cincuenta y cuatro asientos de madera de nogal tallados por Rodrigo Alemán y que representan la conquista de Granada. En 1535, el cardenal Tavera ordena la construcción de la sillería alta, obra de Alonso Berruguete y Felipe de Borgoña. Destaca también la imagen de la Virgen Blanca, escultura del siglo XIV en mármol, dos atriles de bronce labrados por los Vergara y sendos órganos.
Situado en la girola y ocupando casi la totalidad de la parte posterior del Altar Mayor nos encontramos con el camarín delTransparente, composición escenográfica de escultura y pintura considerada una de las obras más representativas del barroco español. El conjunto arquitectónico, obra de Narciso Tomé construida entre 1720 y 1732, recibe la luz del exterior a través de una perforación de la bóveda, lo que le otorga un gran dramatismo.
A la derecha del Transparente se encuentra la Sala Capitular, construida a principios del siglo XVI por Enrique Egas y Pedro Gumiel siguiendo el mandato del cardenal Cisneros. Son muy llamativos la puerta de acceso y el artesonado de su interior, ambos de estilo mudéjar, las pinturas de Juan de Borgoña que recubren sus paredes y los retratos de los Prelados que han ocupado la Silla Primada, desde San Eugenio hasta nuestros días.
De las muchas capillas que componen la cabecera de la Catedral, hay que señalar la de San Ildefonso, donde se encuentra se encuentran los sepulcros del cardenal Gil Carrillo de Albornoz y el del obispo de Ávila, éste último de estilo plateresco. Anexa a ésta, la Capilla de Santiago, construida en 1435 por mandato del condestable don Álvaro de Luna como panteón familiar; es de planta ochavada y pertenece a un gótico tardío muy depurado. Le sigue la Capilla de los Reyes Nuevos, obra plateresca de Alonso de Covarrubias levantada a principios del siglo XVI para albergar los sepulcros de la dinastía Trastámara. Llama la atención por su singularidad la armadura que se guarda del alférez real Duarte de Almeida, de quien cuenta la tradición que tras haberle sido cortados los brazos en la Batalla de Toro, siguió defendiendo a la reina Isabel la Católica.
La Sacristía es otro de los elementos más importantes de la Catedral de Santa María por los tesoros que esconde en su interior. Su enorme salón está cubierto por una pintura del italiano Luca Giordano representado la imposición de la casulla a San Ildefonso;El Expolio, obra cumbre de El Greco, preside el conjunto del altar. Son también interesantes las obras de Morales, Orrente, Goya o Van Dyck, y numerosos objetos de orfebrería religiosa. Una puerta en el lado izquierdo da acceso al ochavo, ostentosa estancia de finales del siglo XVI que guarda piezas de gran valor como el relicario de San Luis o la Cruz del cardenal Mendoza.
Transparente de la Catedral de Toledo
Una portada plateresca realizada por Covarrubias en 1536 permite la entrada al interior de la torre-campanario, que hoy alberga elTesoro Catedralicio. Colocada sobre un pedestal de la vitrina central, se alza la extraordinaria Custodia que Enrique de Arfe elaboró en plata entre 1517 y 1524 por encargo del cardenal Cisneros. Es de tres metros de altura, tiene forma de torre gótica y sirve para guardar una custodia realizada en tiempos de Isabel la Católica con el primer oro traído de América. Desde 1595, esta joya de la orfebrería se convierte en el centro del cortejo de la procesión del Corpus Christi.
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