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26 feb 2014

La Justicia llamará a la puerta de los traidores.

El ex-juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que el próximo mayo cumplirá cuatro de los once años de inhabilitación a los que fue condenado por las escuchas de Gürtel, ha recibido hoy en México una noticia que ya esperaba, pero que le ha indignado por las formas: el rechazo del Tribunal Supremo a su indulto. La fiscalía también se opone.
"Ya me esperaba una resolución adversa. Lo que me apena muchísimo es la revictimización a la que me está sometiendo el Supremo. ¿No fue suficiente con la condena que tienen que intentar humillarme permanentemente? Yo ya estoy cumpliendo la condena, pero discrepo de ella y estoy en mi derecho a hacerlo", ha declarado a EL PAÍS. "Ya está bien. ¡Que me dejen en paz!".
Garzón considera que "no es legal" que el Supremo exija su arrepentimiento. "Eso no es un requisito legal", afirma.  Como tampoco es "indiferencia", añade , que no haya sido él, sino la Asociación de Magistrados Europeos para la Democracia y las Libertades (Medel) quien lo haya solicitado en su nombre. "Yo me considero inocente. Creo que el delito se creó ex profeso para condenarme, y estoy en mi derecho a discrepar y a acudir a otro tribunal, como he hecho en Estrasburgo, para que evalúe si el Supremo vulneró mis derechos fundamentales". 
El exmagistrado de la Audiencia Nacional cree que ahora, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, tiene muy fácil desentenderse del asunto. Lamenta, además, "el doble rasero y la doble moral" en la política de indultos y el hecho de que nadie haya asumido responsabilidades por el extravío de su expediente de indulto durante año y medio. "Si esto pasa en cualquier juzgado, se abren diligencias y pobre del juez, pero como se trata de Baltaasar Garzón, todo vale".

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