Buscar en este blog

21 abr 2014

Del jarrón chino que se tambalea.

Estate quieto niño, que vas a romper el jarrón chino de la abuela.

Déjalo que está alto y no llega.

Es un diablo,ml o romperá. Cuanto más pequeño más peligroso.

Así contemplo a Putin en el salón de Kiev, mientras sentada cómodamente tomando té está la ti Katherina, por eso de los rusos, aunque sea inglesa.

Los tíos toman un vino, quitan las vitolas y prenden fuego a sus puros aireados con sus torpes dedos que les dieron un revolcón.

A través del balcón se ve como el prestamista, agachado, le da vueltas al portón de su cajón que erguido, está en el rincón preferido de su despacho.

El día amenaza tormenta, esta gris y las primeras goteronas ya se aplastaron en el balcón. 

De vez en cuando, el silencio de la calle se estremece por el paso de un camión que ufano toca la bocina a la que ha nombrado claxon.


No hay comentarios:

Publicar un comentario