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29 jun 2013

Confieso mi egoísmo despiadado, mi soberbia.


 "La enfermedad toda del presente siglo proviene de dos causas: el pueblo que ha pasado por 1793 y por 1815 lleva dos heridas en el corazón todo cuanto existía ya no existe lo que existirán o ha llegado aún. No busquéis en otra parte el origen de nuestros males"

La confesión de un hijo del siglo ( XIX)
Alfredo de Musset

Releyendo este libro, me apetece, como prueba personal, anotar esta afirmación categórica. Hacerla mía: la confesión de un hijo de la mitad última del siglo XX hecha en sus últimos años como hijo del siglo XXI.

Todo cuanto existía cuando creía y maduraba ya no existe y lo que existe cuando ya dejo de existir es lo mismo que ya he vivido. Un retorno frustrante para quien ha vivido bajo una cultura determinista y concebido una vida, que no una cultura, no determinista.

Nada de lo hecho e imaginado ha tenido sentido. La esquizofrénica vida tenida me atormenta por tonta, vulgar, mezquina. Confieso, me reconcilio conmigo mismo, contemplando mi vida en el uniforme lago de la vida, bien representado por Caravaggio. Pero, por tanto mirarme me he vuelto viejo, que no envejecido.

Dice el 


Narciso mirándose en el agua.

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