La
muerte súbita del Servicio de Neurocirugía del Hospital General de
Asturias como método de planificación sanitaria aplicado en
Asturias.
En
memoria del Dr. Alberto Andrés Fernández Serrats
"Llora
como mujer lo que no has sabido defender como hombre".
Dijo el Hospital General de Asturias a Asturias.
Se dice que en el amanecer de las frias noches de invierno se oye el gemir de Asturias, errante, sin rumbo.
Augusto
Pérez García, 1994
La
Dirección del Hospital Central de Asturias actúa considerando que
la muerte súbita del Servicio de Neurocirugía del Hospital General
de Asturias es un medio para planificar la asistencia
neuroquirúrgica en Asturias.
Ninguna
organización productiva, incluyendo la sanitaria, se ha controlado,
o se controla mediante la práctica de la muerte súbita. En cuanto
al conocimiento sobre dinámica de servicios asistenciales, no es
posible el control de los mismos mediante la muerte súbita de sus
individuos. La muerte súbita es una técnica de planificación
organizativa que permite el control laboral a nivel del individuo,
no a nivel de la organización de la asistencia. Su estudio y
aplicación queda restringido a nivel del individuo.
No
es este el lugar, ni mi propósito, de considerar los aspectos de
costumbre, o éticos de la muerte súbita. Tampoco lo tiene mezclar
el comportamiento de los servicios asistenciales con el tenido por el
agregado de profesionales. Por este motivo, desconozco cuál ha sido
la intención que ha llevado
a
los "expertos" del Hospital Central, a las "iglesias"
y a los "políticos" del mismo, a mezclar aspectos que
tienen un nivel de significado que no se relaciona entre sí.
Probablemente
la ignorancia y el desmedido afán, o fanatismo de ambos. Me resulta
extraño que si han intervenido expertos en dinámica asistencial
sanitaria se digan tales cosas; probablemente fueron desviadas sus
opiniones por el resto, sin olvidar el proceso de desinformación de
la transmisión pública de las mismas.
El
volumen total del Servicio de Neurocirugía no es la magnitud a
controlar en una planificación asistencial. El que haya "muchos
neurocirujanos" no tiene significado. Tampoco lo tiene la
proporción entre población de Asturias y el número de
neurocirujanos.
Solo
la proporción entre neurocirujanos disponibles y operativos, y de
estos con la población de Asturias es determinante de la
planificación asistencial neuroquirúrgica.
Toda
asistencia neuroquirúrgica, en relación con la población de
Asturias, tiene una estructura tripartita en función de la edad:
madurez (aquella parte de la asistencia neuroquirúrgica capaz de
realizar asistencia), vejez aquella parte de la asistencia
neuroquirúrgica capaz de aportar asistencia, pero de modo pasivo, no
activo como en el caso de la madurez) y desarrollo (aquella parte
de la asistencia neuroquirúrgica capaz de aportar asistencia en el
futuro; pre-productiva).
Una
proporción adecuada de estos tres constituyentes hace posible una
relación adecuada con la población de Asturias. La búsqueda de
esta relación adecuada es el comportamiento natural de todo Servicio
de Neurocirugía. El procurarla mediante instrumentos no naturales, o
no propios del Servicio de Neurocirugía de que se trate; es decir,
externos a éste, es lo que se denomina hoy, parece ser,
"planificación de la Neurocirugía en Asturias".
Cuando
la proporción de la Neurocirugía vieja aumenta, se produce un
descenso de aquella en desarrollo (pre-productiva); un descenso de la
neurocirugía en desarrollo.
Buscar
un equilibrio entre los tres constituyentes mediante un bloqueo,
aborto, o muerte súbita de la Neurocirugía en desarrollo (medida
que se dice de planificación asistencial), con medidas coactivas
sobre los individuos neurocirujanos, tanto pasiva como activa (con
dinero), produce efectos contrarios a los deseados. Solo es posible
aumentar la población neuroquirúrgica pre-productiva, procurando
una menor proporción de viejos; hecho que solo se consigue con una
adecuada asistencia neuroquirúrgica, y reducir la capacidad
productiva de la misma.
En
definitiva, no a la muerte súbita del Servicio de Neurocirugía del
Hospital General de Asturias, y sí a la planificación
neuroquirúrgica en Asturias por "abajo", atendiendo a la
juventud; a la incorporación de neurocirujanos en formación, y no
por "arriba", alargando la vida de los neurocirujanos
viejos. Si se alarga la vida productiva de los neurocirujanos se
conseguirá reducir, incluso anular, la incorporación de
neurocirujanos.
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