Hoy, lágrimas suavemente se deslizan por tan hermosos arcos que irisan la luz del Padre.
Desde que siento el frío del atardecer, tirito, me encojo, no quiero que me veas. No quiero verme en ti. No quiero que las arrugas cubran tu piel. Tu piel, mi piel lisa.
No quiero olvidar la aurora, la amanecer que me hizo pensar en ser eterno en ti. No quiero alejar mi memoria de ti. Memoria eres tú y yo ya no soy memoria en ti. Ya no bracea la memoria que un día quiso unirse a ti. Ayer pasaste ante mi y no miraste, no sentiste que yo estaba allí. ¿Cómo me llamo?. ¿Quien eres tú?. ¿Has sido?. ¿Has sido en mi?. Ya no sé quien he sido, sino en ti. Olvido, no vengas a mi. Memoria, no te alejes de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario