“No haremos movimientos que nos puedan dejar fuera de la UE”
“Ningún conflicto político afectará a la tesorería de la Generalitat”, afirma el consejero de Economía de Cataluña
El País, Lluis Pellicer, 07/10/2014
La consulta del 9-N, suspendida por el Tribunal Constitucional, no es el único quebradero de cabeza del Gobierno catalán. El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell (Barcelona, 1944), que debe llevar unos Presupuestos al Parlament en semanas, ya ha advertido del peligro de que las finanzas autonómicas sufran un “colapso fiscal” si el Gobierno central no aumenta las transferencias o flexibiliza el objetivo de déficit.
Pregunta. ¿Los Presupuestos tendrán un objetivo de déficit del 0,7% del PIB?
Respuesta. Sí. La idea fundamental de los Presupuestos es que el gasto no financiero y no finalista no puede bajar y que, además, hay que restablecer la paga doble de los empleados públicos. La reducción del gasto ha sido del 20% desde 2010. En el caso de Bienestar, Enseñanza y Salud, del 16%. Estas consejerías concentran el 70% del presupuesto. El gasto social no puede bajar más. Los ingresos vienen determinados por la suma de las transferencias del Gobierno central, los impuestos propios y cedidos y la deuda por el déficit autorizado. Y digo transferencias y no modelo de financiación, porque no tenemos; expiró a finales de 2013.
P. El Gobierno central afirma que las transferencias han crecido un 11% más. ¿Es insuficiente?
R. Nos falta mucha información, pero hasta donde sabemos, no es el caso. Este 11% es un popurrí que incluye hasta las inversiones del Estado o los fondos finalistas, y otros capítulos del presupuesto de cuya territorialización no disponemos. Si analizamos las transferencias, que es la parte que nos llega de los impuestos que pagan los ciudadanos catalanes, de 2013 a 2014 perdimos unos 600 millones y de este año al que viene, con los anticipos anunciados, ganamos 200 millones. Es decir, en 2015 perderemos 400 millones respecto a 2013. Curiosamente es lo que ganamos por el descenso del tipo de interés del préstamo del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).
P. El Gobierno eleva a unos 1.750 millones el ahorro para Cataluña de esa medida. ¿No es así?
R. La mitad de esos 1.750 millones corresponde a refinanciación de vencimientos del FLA. No es un ahorro como tal, ni supone una inyección de liquidez; es humo. La otra mitad no es humo, es la reducción del tipo de interés para lo que queda de 2014 y 2015.
P. ¿La recaudación no va acompasada con la recuperación?
R. En este tema, no nos discriminan, nos tratan igual de mal que, por ejemplo, a la Comunidad Valenciana. Las comunidades en 2015 recibirán 10.390 millones menos que 2013 en transferencias y endeudamiento. Y 2013 fue un año de recesión y 2015 esperamos que sea de crecimiento. No tiene ni pies ni cabeza. Con el mismo nivel de impuestos, el Gobierno contará con 6.500 millones más. ¿Cómo se explica? Por una política sesgada del Gobierno en la distribución de las transferencias y de los objetivos de déficit.
P. ¿De esos 10.000 millones, cuánto corresponde a Cataluña?
R. Contamos con 2.200 millones menos.
P. ¿Cómo piensa cuadrar los Presupuestos?
R. Primero, figurarán los ingresos del impuesto de depósitos bancarios, que deben ser acordados con el Gobierno central como compensación por este tributo. Segundo, hemos pedido que el Fondo de Competitividad se transfiera como un anticipo en 2015. Y tercero, la disposición adicional tercera de 2008. Estas partidas constarán en el Presupuesto, aunque reconocemos que no están aseguradas y que deben ser objeto de una negociación.
P. ¿Ya descartan cobrar el impuesto sobre los depósitos directamente de los bancos?
R. Los bancos han anunciado que impugnarán el impuesto y presentarán un aval, de modo que los tribunales decidirán.
P. Poco después de que el presidente convocara la consulta, Fitch avisaba de una posible degradación de la calificación de la deuda a bono basura. ¿Le preocupa?
R. Estoy tranquilo porque la consideración que daba Fitch era bajo la posibilidad de que pudiéramos tener problemas con el FLA. La veo inexistente. El Consejo de Ministros del viernes aprobó las extensiones del FLA para 2015 y esta semana hemos firmado un acuerdo de extensión. Tengo toda la confianza de que el acceso al FLA seguirá abierto. No puede hacer ningún favor a España que Cataluña tenga dificultades para pagar su deuda. Para decirlo de otro modo, somos sistémicos y ningún conflicto político afectará a la tesorería de la Generalitat, que en estos momentos está en manos del Tesoro.
P. Los bancos de inversión advierten del riesgo de que una Cataluña independiente quede fuera de la UE. ¿Aprecia ese riesgo?
R. No. No contemplo ninguna posibilidad de salir de la UE pase lo que pase, ni nosotros haremos movimientos que nos puedan dejar fuera ni España pedirá nunca que nos expulsen de la UE.
P. No avala, pues, el llamamiento a la desobediencia que hacen algunos líderes políticos...
R. Me expreso solo en términos económicos. En este asunto el Gobierno debe tener un mensaje claro y uniforme y para que ello sea así deben transmitirlo el presidente y el portavoz. Ellos hablan por mí.
P. Pongamos que llegamos a una situación de declaración unilateral de independencia. ¿No afectaría a la tesorería que los ciudadanos y las empresas sigan ingresando sus impuestos en la Hacienda estatal?
R. Me temo que mi vida gira en torno a horizontes mucho más cercanos. Mi preocupación son los Presupuestos de 2015.
P. ¿Usted se siente cómodo dentro del proceso soberanista?
R. Claro que sí. Si no, no estaría.
P. Lleva cuatro años llevando las riendas de la política económica del Gobierno. ¿La austeridad era la única salida posible a la crisis?
R. Era la única posible. Cataluña llevaba una aceleración de gasto completamente insostenible. Se tenía que parar y se paró. Si se observa la curva de acumulación de deuda, esta siempre aumenta, pero hasta 2010 se acelera. Desde entonces se modera el ritmo de crecimiento. Entre los años 2007 y 2010, la deuda pública creció, de media, un 27,9% anual. Entre 2010 y 2013, el ritmo se ha reducido a más de la mitad, con una variación interanual media del 12,1%. Tenía que pasar: había que reducir el endeudamiento de manera catastrófica u ordenadamente. Nosotros tratamos de hacer una implementación ordenada de lo que era inevitable.
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