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29 jul 2014

Arquitectura asturiana en la crónica de Alfonso III

La imagen de la arquitectura asturiana de los siglos VIII y IX en las crónicas de Alfonso III

Víctor Nieto Alcaide


"Durante el reinado de Alfonso III (866-910) se redactaron varias crónicas a través de las cuales la monarquía asturiana emprende la continuación de una tradición historiográfica que había quedado interrumpida, según todos los indicios, desde la invasión musulmana (1). El estudio de las tres crónicas que forman el llamado «Ciclo de Alfonso III» (2), Crónica Albeldense, y Crónica de Alfonso III, en sus dos versiones «Rotense» y «A Sebastian», ha puesto de manifiesto como la intención que movió a su redacción fue demostrar que el reino asturiano era el legítimo continuador del visigodo de Toledo convirtiendo en lógicas y lícitas las pretensiontes de Alfonso III por recuperarlo y dominar la Península (3). A través de ello, se propone un planteamiento ideológico tendente a justificar como Reconquista lo que, en realidad, era una conquista. Y esta idea, cuya justificación subyacente se desarrolla en las crónicas, se convierte en un principio que alcanza, en el marco expansionista de la política de este soberano, una importancia capital. [...]



(1) C. SÁNCHEZ ALBORNOZ, En torno a los orígenes del Feudalismo, Mendoza, 1942, II, pág. 100-101, ha supuesto la existencia de una crónica anterior perdida, escrita hacia el año 800; R. MENÉNDEZ PIDAL, «La historiografía medieval sobre Alfonso II», Estudios sobre la Monarquía Asturiana, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1971, pág. 12
(2) M. GÓMEZ MORENO, «Las primeras crónicas de la Reconquista. El ciclo de Alfonso III», Boletín de la Real Academia de la Historia, C, (1932), pág. 562-627.
(3) A. BARBERO y M. VIGIL, «La historiografía de la época de Alfonso III», La formación del Feudalismo en la Península Ibérica, Barcelona, Editorial Crítica, segunda edición, 1979, pág. 233.

Nota.- La legitimación que pretendía Alfonso III era la de su linaje iniciado en el traidor Ramiro I. Este comenzó a falsificar su legitimación con la supuesta "ayuda divina" para vencer a los sarracenos con una falsa batalla como la de Clavijo. Y, en base a su legitimación divina imponer su linaje como criterio de sucesión real, contrario al criterio de elección dentro del Consejo de Nobles, propio del Pueblo Visigodo.

Alfonso III pretende ser legitimado como heredero del Reino de Toledo, admitida ya su legitimación de ser el heredero legítimo del Reino de Asturias que, trasladado a León con Ordoño I, buscaba el alejamiento del pueblo que lo negaba por ser impuesto por su padre el traidor Ramiro I.

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